Goleo, el león que representaba a Alemania en la Copa del Mundo 2006 no sólo no cautivó a nadie sino que logró que la empresa que lo diseñó, y que mandó a fabricar millones de muñecos para vender durante la fiesta del fútbol, se fuera a la quibra.
El personaje era un león, que se le criticaba que no llevara pantalones aunque sí la casaca germana, que llevaba siempre en la mano a Pille, una pelota parlanchina, pero que a diferencia de otros exponentes anteriores como Piqué (México ´86), Naranjito (España ´82) o Footix (el gallito de Francia ´98) no tenía mucho que ver con la iconografía del país.