Una declaración de amor anónima en una mochila, un chico que vuelve de jugar al fútbol con la rodilla equivocada y otro que, a lo Jumanji, se ve en distintos escenarios según la remera que elija. Historias breves de niños, pre adolescentes y adolescentes que mezclan lo cotidiano con lo extraordinario.
Se trata de "No es excusa" (Imaginario, 2015), el primer libro enmarcado en lo que se conoce como LIJ (Literatura Infanto Juvenil) de Diego Kochmann, un escritor que, hasta ahora, se dedicaba a escribir para adultos.
Pero para Kochmann, no hubo mucha diferencia: según él mismo asegura, la manera de hacerlo es la misma y sólo se detiene en algunos aspectos (como no hablar de sexo) si los textos son orientados a un público infanto juvenil. Y eso se nota: la prosa de "No es excusa" es ágil y atrapante, incluso para adultos. Y no subestima a los chicos, los trata de igual a igual.
El libro de Kochmann reúne 23 cuentos breves que, en algunos casos, llevan al límite la imaginación que los adultos solemos abandonar cuando, justamente, comenzamos a transitar las obligaciones cotidianas. Y por eso, el autor es un niño más cuando le da vida propia a unas pantuflas o cuando los dibujos de unas remeras condicionan el contexto del protagonista de uno de sus cuentos.
El amor y el humor también se conjugan en estos relatos que tienen la intensidad de lo breve, lo conciso. Varios, dejan con ganas de más.
Diario Popular conversó con Kochmann.
¿Cuáles son tus primeros recuerdos de contacto con la literatura?
Fue en séptimo grado. Teníamos un profesor excelente, que nos acercó a la literatura y nos animaba a escribir. Se llama Juan Moreno, es un gran narrador, me lo encontré muchos años después, y hasta narró uno de mis cuentos, "No es excusa", en uno de sus espectáculos.
¿Cuándo decidís dedicarte a escribir?
No hubo un momento particular. Siempre escribí. Nunca tuve que tomar una decisión con respecto a esto, ya que escribo porque me gusta, y no hay ningún motivo para que deje de hacerlo.
Si bien este libro está enmarcado en lo que es Literatura Infantil y Juvenil, no todo lo que escribiste es para adolescentes y niños: ¿Qué te sedujo de este segmento?
Creo que uno tiene que escribir como lo siente. No estoy pensando en los lectores cuando escribo, salvo algunos aspectos que hay que tener en cuenta, por ejemplo, no hablar sobre violencia o sexo cuando sé que lo van a leer chicos. Escribo lo que me nace y cómo me nace. Por suerte, los cuentos gustaron tanto a chicos como a adultos.
Algunos cuentos de No es excusa mezclan la cotidianidad con la ficción: ¿es algo que te proponés o que surge en el proceso de escritura?
En realidad, todo es ficción. Lo que se mezclan son hechos cotidianos con otros fantásticos, que no tienen una explicación lógica. Cada historia es como un mundo paralelo, con sus propias reglas y hasta leyes físicas. Quizás lo más difícil sea encontrar la puerta que lleva a ese mundo, después es simplemente animarse a entrar en él y recorrerlo. Lo que aparece en los cuentos es lo que vi en ese "paseo".
Estuviste presentando el libro en distintos ámbitos, con público juvenil: ¿Qué devoluciones recibís de los chicos?
Por suerte, la devolución fue excelente, por parte de los chicos y de los adultos. Tengo muchas anécdotas de personas de todas las edades que se me acercaron para hablarme con entusiasmo sobre los diferentes cuentos. Muchos me preguntan cuándo va a aparecer mi próximo libro, pero eso depende de alguna editorial que se decida, no de mí.