Dice que le costó mucho llegar
pero que ahora afortunadamente
puede elegir el género que quiere
interpretar en cada momento
Por HUGO MARTINEZ
El talentoso guitarrista Luis Salinas ofreció los sábados de junio una serie de recitales en el Centro Cultural Torquato Tasso (Defensa 1575) en el marco del ciclo Tango y Jazz que se celebra en ese reducto porteño en el que se reúne lo más selecto del espectáculo argentino. Salinas, dueño de una singular modalidad de interpretación de la guitarra, se podría asegurar que pertenece a una raza de un solo miembro. Es único, por su pulcritud al ejecutar el instrumento y por la calidez y sentimiento que transmite. Algo que, sin duda, el público captó y lo colocó en un lugar preferencial, a la hora de escuchar música en una dimensión superlativa. En charla con este suplemento Salinas reconoció que éste es “un ciclo más y lo estoy viviendo de una manera muy especial. Tuve la posibilidad de viajar a Colombia, en ocasión de un homenaje a Carlos Gardel, pero surgieron estas presentaciones en el Tasso y a la hora de elegir no viajé. Para mí es un privilegio tocar en este lugar y, además compartir el escenario con el maestro Leopoldo Federico, para mí es un privilegio”. El guitarrista que tocó con grandes como B.B. King, entre otros, valoriza como pocos el paso de otros artistas sobre el escenario donde hoy le toca mostrar su talento. “El Tasso tiene mística y eso es así por los artistas que allí tocaron como Salgán, Rubén Juárez y el mismo Leopoldo Federico con su orquesta, que es de lo mejor. Son artistas muy grandes del tango”.
La verdad trasciende
En relación a su variado repertorio -toca indistintamente folklore, tango y jazz- Salinas contó que para este año “teníamos pensado con Silvia (Alegre, su manager) realizar recitales en Buenos Aires y comenzamos en el Teatro IFT con jazz y ofrecer diferentes géneros: un día tangos, otro folklore y otro latinos. El público los recibió muy bien”, destacó. Afirma que puede tocar lo que quiere, algo que antes no ocurría -ver aparte-. “La verdad trasciende el género y yo creo en ese principio. Además siempre he sido y soy una persona agradecida de la guitarra y todo lo que ella me brinda. Porque el tema no es llegar a un lugar, sino encontrar el camino y recorrerlo hasta donde se pueda”.
Los repertorios
Con relación a sus presentaciones en el Tasso, Salinas destacó que “estoy manejando dos repertorios; uno fue con valses y milongas y temas míos, ya que el dúo Pane-Rivas estaba tocando tangos clásicos y no repetir la propuesta. Para mí fue arriesgado”. “En el repertorio de latino y jazz, los temas son todos míos y lo hago antes de presentarse la orquesta de Federico, porque él también toca tangos clásicos, aunque yo también hago algunos clásicos de Gardel, Troilo y Salgán, que son los que más me gustan tocar”. “Y también hice clasicos del folklore -añadió-. Pero si bien abordo diferentes géneros, de esos no toco todo, por ejemplo no hago carnavalitos, porque no me salen”, se sinceró y agregó que “pero todo lo que toco es lo que siento”. Su participación en el ciclo Tango y Jazz la comparte con Jorge Giulliano (guitarra), Horacio Avilano (bajo), Javier Lozano (piano), Alejandro Tula (percusión) y se suman Amílcar Avalor, Martín Ibarburu, Juan Gularte (estos últimos dos vienen desde Uruguay) y Pocho Porteño.
El talentoso guitarrista Luis Salinas ofreció los sábados de junio una serie de recitales en el Centro Cultural Torquato Tasso (Defensa 1575) en el marco del ciclo Tango y Jazz que se celebra en ese reducto porteño en el que se reúne lo más selecto del espectáculo argentino. Salinas, dueño de una singular modalidad de interpretación de la guitarra, se podría asegurar que pertenece a una raza de un solo miembro. Es único, por su pulcritud al ejecutar el instrumento y por la calidez y sentimiento que transmite. Algo que, sin duda, el público captó y lo colocó en un lugar preferencial, a la hora de escuchar música en una dimensión superlativa. En charla con este suplemento Salinas reconoció que éste es “un ciclo más y lo estoy viviendo de una manera muy especial. Tuve la posibilidad de viajar a Colombia, en ocasión de un homenaje a Carlos Gardel, pero surgieron estas presentaciones en el Tasso y a la hora de elegir no viajé. Para mí es un privilegio tocar en este lugar y, además compartir el escenario con el maestro Leopoldo Federico, para mí es un privilegio”. El guitarrista que tocó con grandes como B.B. King, entre otros, valoriza como pocos el paso de otros artistas sobre el escenario donde hoy le toca mostrar su talento. “El Tasso tiene mística y eso es así por los artistas que allí tocaron como Salgán, Rubén Juárez y el mismo Leopoldo Federico con su orquesta, que es de lo mejor. Son artistas muy grandes del tango”.
La verdad trasciende
En relación a su variado repertorio -toca indistintamente folklore, tango y jazz- Salinas contó que para este año “teníamos pensado con Silvia (Alegre, su manager) realizar recitales en Buenos Aires y comenzamos en el Teatro IFT con jazz y ofrecer diferentes géneros: un día tangos, otro folklore y otro latinos. El público los recibió muy bien”, destacó. Afirma que puede tocar lo que quiere, algo que antes no ocurría -ver aparte-. “La verdad trasciende el género y yo creo en ese principio. Además siempre he sido y soy una persona agradecida de la guitarra y todo lo que ella me brinda. Porque el tema no es llegar a un lugar, sino encontrar el camino y recorrerlo hasta donde se pueda”.
Los repertorios
Con relación a sus presentaciones en el Tasso, Salinas destacó que “estoy manejando dos repertorios; uno fue con valses y milongas y temas míos, ya que el dúo Pane-Rivas estaba tocando tangos clásicos y no repetir la propuesta. Para mí fue arriesgado”. “En el repertorio de latino y jazz, los temas son todos míos y lo hago antes de presentarse la orquesta de Federico, porque él también toca tangos clásicos, aunque yo también hago algunos clásicos de Gardel, Troilo y Salgán, que son los que más me gustan tocar”. “Y también hice clasicos del folklore -añadió-. Pero si bien abordo diferentes géneros, de esos no toco todo, por ejemplo no hago carnavalitos, porque no me salen”, se sinceró y agregó que “pero todo lo que toco es lo que siento”. Su participación en el ciclo Tango y Jazz la comparte con Jorge Giulliano (guitarra), Horacio Avilano (bajo), Javier Lozano (piano), Alejandro Tula (percusión) y se suman Amílcar Avalor, Martín Ibarburu, Juan Gularte (estos últimos dos vienen desde Uruguay) y Pocho Porteño.
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