El período de gestación de los gatos dura aproximadamente entre 58 y 60 días. La cavidad abdominal de la gata comienza a ser ocupada por los fetos, por lo que el espacio del aparato digestivo y respiratorio se va reduciendo. Por eso es imprescindible darle una dieta con más proteínas y energética, y no mucho más abundante que lo habitual. También es importante el suministro de vitaminas y minerales como el calcio y el fósforo, que seguramente indicará el veterinario.
Si los dueños están preocupados por brindarle cuidados especiales a la gata, conviene tener en cuenta que hasta la cuarta semana de gestación no son tan necesarios. Pero a partir de ese momento habrá que estar atento, ya que la ración de comida debe dividirse en dos veces por día y de la séptima a la novena semana en tres porciones diarias.
Algunos profesionales aconsejan tratar de no bañar a la gata durante esta etapa para evitar traumatismos, enfriamientos, y otros inconvenientes. En cuanto a las vacunas se aconseja darle un refuerzo antes del embarazo, según el criterio del médico, como así también es importante desparasitarla.
El momento del parto, como todos los nacimientos, es muy especial. La gata comienza a ponerse nerviosa e inquieta luego de un tiempo, muchas veces hasta ni quiere comer.
Si se detecta que tiene una temperatura anormalmente baja, es decir entre 37,5 y 38ºC, y esta para parir ese día, es posible ayudarla tratando de mantener un ambiente tranquilo y buscar un lugar solitario para el parto. Es conveniente evitar que se moleste al animal, sobre todo si hay niños en la casa. Sería conveniente disponer de una manta o una pequeña cama donde la gata esté habituada a echarse desde unos días antes del parto, y a la vez disponer de otro espacio con otra manta que de calor y donde se depositaran los cachorros una vez limpios. Luego de que la madre haya limpiado a sus cachorros, será posible ayudarla secándolos con una toalla y luego de terminado el parto dejándolos con ella.
De 12 a 24 horas después que la gata dio a luz, sería conveniente pedirle al veterinario que la examine. Seguramente revisará su leche para ver el color, consistencia y calidad. Si está gruesa, descolorada o amarillenta, podría estar infectada.
La palpación del útero asegura que no haya ningún gatito o placenta retenida. Muchos veterinarios prescriben una inyección con un medicamento para ayudar a la involución del útero. Esto reduce las posibilidades de una infección.
Durante la primer semana, si el médico lo indica, sería conveniente tomar la temperatura de la madre al menos una vez al día, y según el criterio del médico, así es posible detectar algunos problemas, como por ejemplo parte de la placenta retenida o una infección uterina o de mama.
Una descarga verdosa puede presentarse durante las primeras 24 horas. Eso es seguido por una cantidad variable de descarga rojiza que contiene suero y sangre, y que dura de 5 a 6 días. Si persiste, podría indicar una placenta retenida o infección uterina.
Una gata que está dando de comer a sus gatitos debe permanecer dentro de la casa, porque durante este periodo podría entrar en celo y si se aparea, podría concebir otra camada.
Durante la lactancia los requerimientos calóricos aumentan mucho, hasta un 300 por ciento de lo normal, por eso tendremos que asegurarnos que la gata esté comiendo bien, de otra forma no produciría suficiente leche para los gatitos.
Saber que la mascota está de parto suele generar ciertas dudas y temores. Por eso hay que estar preparados para saber de qué forma actuar ante una emergencia.
Entre las dudas que se presentan habitualmente, es cómo saber cuando nace el último cachorro. La forma más fácil es a través de una ecografía. Para esto lo más común es hacerla 15 días antes del parto. Luego contarlos y verificar que el parto haya sido normal.
Después del parto sería conveniente verificar las mamas de la madre durante la lactancia. No deben tener durezas al tacto y estar completas. Observar que no tenga heridas o supuraciones. Si los cachorros demoran su crecimiento, puede ser que necesiten de alimentación suplementaria. Seguramente el veterinario le dará una leche especial, ya que la de vaca no es la adecuada. Los cachorros no deben ser destetados hasta que cumplan 3 semanas de vida, lo ideal es esperar hasta 6 semanas.
Es importante concurrir al veterinario o llamarlo de urgencia cuando se demore demasiado el parto, o cuando se prolongue, y tener como parámetro que un parto normal puede durar hasta 24 horas y que transcurran algunas horas entre el nacimiento de cachorro y cachorro.
Hay que observar que las pérdidas de sangre luego del parto no se prolonguen, y cuando la madre no quiera alimentar a sus crías o cuando la leche que les da no sea suficiente.
Son aspectos básicos a tener en cuenta, aunque siempre es conveniente hablar con el veterinario para estar prevenidos sobre las características y particularidades que se deben contemplar sobre la gata, antes, durante y después del parto.