Parece otro! Aunque su carisma está intacto, a Matías Ale (38) se lo ve aplomado. El actor de Locos Sueltos en el Zoo decidió darle un vuelco a sus prioridades, hoy centradas en su familia, su nueva novia y la terapia psicológica. "Durante el tiempo en que quiero estar sin trabajar, voy a terminar de adaptarme a la mudanza que hice hace poquito. Hoy me siento en un momento personal, laboral y en todas mis aéreas, raro. Es una rareza linda, en la que me siento bien. Ahora me tomo mis tiempos para mi, para mi familia, amigos, viajes, para poder esperar el proyecto que me interesa. Estoy en una etapa de cambio y me siento muy bien. Espero de la vida que me siga sorprendiendo, para bien claro. No me indago mucho en que es lo que me pasa. Tal vez, es que estoy más cerca de mi familia, haciendo terapia...".
-Retome, retome... Fui mechando hasta que hoy me encontré con una persona que me ayuda mucho. Estoy muy bien con mi gente. Con unas tierras que heredamos de mi papa después de tantos y tantos años de litigio, con mi familia vamos a hacer un proyecto. Logre asociarme con una empresa constructora y vamos a hacer el desarrollo de un barrio privado. Aparentemente, se llamara Alegrías, en homenaje a la familia Ale. Estará en zona Oeste, al lado de Bella Vista, sobre el Camino del Buen Ayre. Eso fue el cierre de un ciclo porque son las tierras de mi papa, es muy importante. Había algo de problemática. Estoy aprendiendo a no inventarme problemas. O darle la trascendencia o importancia que cada uno pueda llegar a tener. Tal vez por la proximidad a la edad en la que se murió mi papá (44 años) y que yo cumplo 38, es que empecé a tener charlas internas con el no estar. En algún momento, todos no vamos a estar. Eso se me asocio con el problema en la rodilla que tuve algunos años atrás y que me tuvo delicado de salud porque estuve complicado. Sentía que el no estar por los trabajos que venía haciendo, te aleja. La constante actividad te hace bien a vos, a tu economía, al ego, a la carrera pero te aleja de tu familia, de un bautismo, casamiento, una charla, abrazo. Este año priorice acercarme a eso.
-Me había alejado un poco de mi familia y mis amigos por lo que te decía, por el trabajo. Volví al barrio y compré una casita en el country donde crecí. La chica que me vendió la casa, como quiere tener hijos, se muda a mi primera casa en el barrio, una propiedad que construyó mi papá. Es una coincidencia, algo pasa. Hace un par de días fue su primera noche durmiendo ahí, me escribió para contármelo y le contesté que en esa casa la familia Alé fue muy feliz. Todo se me está dando así.
l La mujer con la que hoy compartís tu vida, con la que estás de novio, ¿tiene mucho que ver con este cambio que estas transitando?
-Sí, totalmente. Es rarísimo lo que me pasa. Con María hay una conexión re linda. Ya que no trabaje en el medio, nos hace bien a los dos. Ella hace promociones pero es tímida, no le gusta el medio. Es una chica de 23 años, mucho más chica que yo, que me hace muy bien. Es super madura, ha tenido una vida intensa, estamos muy bien y estoy muy contento. Hoy trato de no hacer cosas que ya hice en otro momento para no repetir patrones, para no siempre me pregunten si me voy a casar, tener hijos. A veces, mi error es expresar rápido mis estados emocionales pero porque soy así. Soy leonino, impulsivo, desbocado, hablo de lo que me pasa en el corazón en ese momento. Ahora voy mucho más tranquilo en ese aspecto, también. Eso sí, aclaro que María no está embarazada, como se dijo.
-Siempre fui religioso pero estoy tratando de acercarme de a poco. Es lo único que, en definitiva, te hace sentir que uno está amparado, protegido, que hay alguien que te lleva de los hombros. Cuando me pasó lo de la pierna que me mantuvo internado mucho tiempo, me pregunté por qué me pasaba a mí. Después, entendí que lo que me pasó fue para evitar que me pasase un mal mayor. Yo venía con una locura de ir y venir todos los días a Mar del Plata y podía terminar con un pico de estrés o dándome un palo en la ruta. Hacia teatro, la conducción de Este es el Show en reemplazo de José María Listorti, dormía en el estacionamiento de Canal 13, me llevaba mi hermano, volvía.