Para obtener grandes bonsai

El modo convencional de conseguir un bonsai es por medio de la siembra de las semillas. El problema más importante a solucionar es el medio de germinación: hay que procurar el mismo en que ese bonsai específico crece en la naturaleza. Pero existen reglas simples que sirven para la mayoría de las semillas. Si se tienen semillas es porque hay un árbol maduro en las cercanías, por lo cual existe garantía de que se puede reproducir y sobrevivir en el clima del lugar. Si una semilla está madura y cae en una determinada época del año, es en esa época cuando se debe sembrar. Pero si las semillas provienen de otros climas se deberá reproducir el ambiente de germinación e incluso el de supervivencia de esa especie. Pero también se pueden conseguir arbolitos en un vivero. Se pueden elegir arbolitos de más de 4 ramas principales y no menores de 30 centímetros, de modo que cuando tengan sus hojas no sean demasiado grandes. Hay que comprarlos antes de brotar. También se puede reproducir un arbolito por gajo, lo que implica siempre tener un árbol adulto a la mano. Un medio un poquito más complicado pero sumamente efectivo es el acodo aéreo. Es producirle una especie de “maceta” con tierra en una rama para que produzca raíces y retirarlo del árbol madre después de ello. La poda de ramas deberá realizarse antes de que aparezcan los brotes. Esto debe cuidarse muy especialmente, ya que ese hecho indica que la energía vital del arbolito está concentrada en ellos y podarlos implica una agresión seria.