Señor director:
Cuando en el pasado se ignoraban las cosas, todo se endiosaba. El trueno, el sol, la luna y otros fenómenos, que son lógicos, adquirían el carácter divino. La ciencia ha ido descifrando los “misterios” y debemos bajar del trono a muchos. En el presente, hemos endiosado a personas, ya que ignoramos cómo hacen ciertas cosas.
Si supiéramos la verdad, perderían su categoría. Hoy, ya Caperucita Roja, no nos impresiona. Decimos que debía ser ciega, porque confundir un lobo que comía a una persona entera sin lastimarla, como la abuela, dudamos de su criterio o de sus facultades. Si conociéramos la forma en que ciertos “líderes”, se han entronado, los cambiaríamos de categoría. Estamos endiosando a los comerciantes que nos dan 12 cuotas sin interés. ¿Son dioses bondadosos y caritativos? Cuando sepamos cómo lo hacen, seguramente dejarán de serlo.