Después de pasar por la sartén o el horno, el destino de aceite vegetal parecía ser el desagüe, el inodoro o el cesto de la basura; pero desde hace cuatro meses, los vecinos de la Ciudad de Buenos Aires se plegaron a la campaña de reciclado del mismo y ya lograron recolectar más de 10 mil litros. De esta manera, y a pesar de que el dato pasa desapercibido, se evita un gran impacto ambiental.
Hasta el momento, había empresas dedicadas a la recolección de los residuos aceiteros generados por establecimientos gastronómicos o industriales, que cumplían un doble rol: por un lado colaboraban con la recolección del Aceite de Cocina Usado (ACU) o Aceite Vegetal Usado (AVU), y por el otro realizaban el transporte del mismo hacia lugares donde se le realizaba el correcto tratamiento para su transformación en combustible.
De acuerdo a una de estas empresas, RAB Ambiental, se calcula que con la producción de biodiesel de soja del mes de junio pudo podría abastecerse la maquinaria necesaria para sembrar 38 millones de hectáreas, o sea dos veces la cantidad de hectáreas sembradas con ese vegetal en el país.
Sin embargo, este tipo de emprendimiento no trabaja a menor escala, es decir con el ACU generado en hogares de familia, debido a que la cantidad del mismo es ínfima comparada con la de los generadores mencionados.Por eso, el Gobierno de la Ciudad, comenzó a fines del mes de marzo una campaña de recolección para que los vecinos de todos los barrios de la ciudad acerquen a los Puntos Verdes el AVU. Los lugares elegidos en la Comuna 4 son: Parque Leonardo Pereyra (Vélez Sarsfield e Iriarte), Plaza Colombia (Montes de Oca y Brandsen), Parque Patricios (Caseros y Monteagudo) y el Polo Circo (Juan de Garay y Pichincha).
De esta manera, en esos conteiners en los que también se aceptan todo tipo de materiales reciclables como papel, cartón, vidrios, metales, plásticos y telgopor, desde marzo también reciben botellas de aceite usado.
Según informaron desde el ministerio de Ambiente y Espacio Público, todo el aceite que han acercado a los Puntos Verdes, alcanza los 10 mil litros. De esta manera, se calcula que al reciclar esa cantidad de aceite, se evitó que se contaminaran unos 10 millones de litros de agua ya que se estima que con cada litro de aceite que se desecha, se ensucian 10 mil litros del vital líquido; sin contar con que produce una degradación de los cursos de agua y obtura cañerías y desagües.
Si a eso se le suma que desde la Cámara Aceitera de la República Argentina estiman que el consumo de aceites supera, sólo en la Ciudad, los 61 millones de litros al año, se podría determinar fácilmente el gran impacto ambiental que esto tiene en el medio ambiente.
Todo el aceite recolectado es enviado hacia plantas que lo reciclan y producen biodiesel, que reemplaza a los combustibles fósiles obtenidos del petróleo. Además, los biocombustibles constituyen el cierre de un ciclo de carbono, ya que su utilización implica también una menor emisión de dióxido de carbono (CO2) ya que gran parte del mismo fue absorbido durante el crecimiento de las plantas que se utilizaron para producirlo.
La campaña de reciclaje del aceite tiene además un fin social ya que todo lo recabado es entregado a la Asociación de Lucha contra la Parálisis Infantil (ALPI), dedicada a la rehabilitación de personas con discapacidades neuromotoras.
Personal de esta organización se encarga de recolectar el aceite y transportarlo a las plantas operadoras en las que es procesado y transformado en biocombustible.
Desde Ambiente y Espacio Público, informaron que al momento de su entregar en los Puntos Verdes, el aceite debe estar ya frío y envasado en botellas de plástico limpias, secas y correctamente tapadas.
Además, hay un límite de 1,5 litros de aceite por persona y por día, para evitar que las empresas que deben disponer de estos desechos mediante una empresa o restaurante se aprovechen de esta movida para saltear los pasos que deben cumplir en su proceder.