Una joven fue muerta de un tiro en la cabeza y su novio resultó herido de gravedad, tras ser secuestrado y abandonado con un balazo en el abdomen. Ambos fueron atacados en su vivienda de Ciudad Evita y los investigadores del caso manejan como principal hipótesis es que se trató de un supuesto ajuste de cuentas, en el marco de la disputa por la venta de drogas en la zona.
El hecho se registró este jueves, entre las 2.30 y las 3 de la madrugada, en una casa de avenida Crovara y calle 900 de Ciudad Evita, cuando Rocío Cabrera (de 20 años) y su pareja Marcelo Quinteros (30) fueron sorprendidos por un grupo de desconocidos, quienes encapuchados ingresaron por la fuerza y atacaron a ambos ocupantes.
Los homicidas les efectuaron varios disparos y uno de ellos impactó en la cabeza de la joven, quien falleció en el acto, mientras que a su novio, con un tiro en una pierna, se lo llevaron a la rastra para meterlo en el interior de un Ford Ka de color negro, en el que se desplazaban.
Tras la denuncia de la hermana de Rocío Cabrera al 911, personal policial llegó a la casa, constatando el deceso de la chica, mientras que en la esquina de Roma e Ibarrola en el barrio San Alberto de Isidro Casanova fue hallado Marcelo Quinteros, herido de gravedad con impactos en la pierna derecha y el abdomen, siendo trasladado de urgencia al Hospital Interzonal de Agudos Diego Paroissien de La Matanza, donde fue operado y quedó internado en estado crítico.
En principio, los investigadores del caso, a cargo del fiscal Juan Pablo Tahtagian, descartaron un intento de robo por la mecánica del hecho y creen que puede estar vinculado a una venganza, bajo la modalidad "ajuste de cuenta", por la comercialización de dosis de estupefacientes en el barrio.
En tal sentido, se supo que "tiempo atrás había sido detenido un líder de una banda que operaba allí y desde entonces comenzó una pelea de pandillas para controlar el lugar" y que la pareja no sería ajena a estas disputas.
Desde la Unidad Funcional de Instrucción Temática de Homicidios Dolosos de La Matanza se ordenaron una serie de medidas, tendientes a localizar a los homicidas, al mismo tiempo que dejaron trascender que el herido Marcelo Quinteros había purgado una pena de cinco años de prisión por una causa de "robo agravado".