Una mujer de 45 años y su hija de 18 fueron sometidas a maltrato físico y a daños materiales en su casa, cuando efectivos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) allanaron su domicilio por error.
El hecho sucedió el miércoles a primeras horas de la mañana, cuando integrantes de la mencionada fuerza irrumpieron, sin aviso previo, rompiendo la puerta de su departamento ubicado en Yerbal al 400, en el barrio porteño de Caballito.
“Entraron ocho o diez tipos todos enmascarados, con escudos, con todo. A mi ex la agarraron de los pelos y la tiraron al piso. A mi hija también la pusieron de rodillas con tal brutalidad que le quedaron moretones. Después dieron vuelta todo en la casa, hasta que vieron que no pasaba nada, que no era el lugar que estaban buscando”, contó a POPULAR Norberto, ex pareja de la mujer de 45 años y padre de la joven, quien acudió al lugar ante la desesperación de ambas.
El operativo llevado a cabo por error fue uno de los ordenados para esa jornada por el fiscal federal de Venado Tuerto Javier Arzubi Calvo, en el marco de una investigación que terminó desbaratando a una banda que había robado el dinero de las jubilaciones del pueblo santafesino de Diego de Alvear (cuando tres hombres armados asaltaron un camión de caudales que traía la plata de los haberes al Banco Nación de la mencionada localidad), hecho sucedido el 6 de junio pasado.
Entre los allanamientos ordenados en Capital Federal (también se dieron en Diego de Alvear y Junín), figuraba el domicilio de un hombre llamado Julio Rubén Robles. Pero en la orden de allanamiento, la dirección establecida como domicilio de Robles era, en realidad, la de las mujeres perjudicadas y totalmente ajenas a la causa.
“Al parecer, este Robles era la pareja de la portera del edificio (NdR: otro de los allanamientos ordenados fue dirigido a la portería del mismo edificio, domicilio a nombre de Ana María Campos), y en la orden figuraba que él estaba viviendo en el departamento que en realidad es de mi ex y en el que vive mi ex con mi hija. Entonces le reventaron el departamento a mi ex. Rompieron la puerta, también rompieron la puerta de entrada del edificio. Bien a lo bestia”, relata Norberto, indignado más por el trato y la nula respuesta ante los perjuicios por parte de las autoridades.
“En ningún momento pidieron disculpas. Al contrario, nos trataron con mucha soberbia”, agregó.
Pero lo que más indigna a la familia es que ninguno de los involucrados en el erróneo operativo se hace cargo de lo sucedido. “Llevé a la comisaría de la zona los papeles del allanamiento y me dijeron que ahí no podía hacer ninguna denuncia. Me mandaron a Drogas Peligrosas en el edificio central de la Policía, y de ahí me mandaron a Comodoro Py, en donde está el juez del exhorto que ordenó el allanamiento. Pero este exhorto lo mandaron de juzgado en juzgado, de Venado Tuerto a Comodoro Py. Entonces, en Comodoro Py me dijeron que no podían hacer nada, que tenía que ir a Venado Tuerto. Y yo soy un laburante. No puedo ir viajando por un error que cometieron ellos. Fui a pedir que nos pusieran una consigna policial, porque tenemos la puerta del edificio rota y también la del departamento. Pero me dijeron que ahí no tenía nada que hacer”.
Más allá del trastorno económico que significa este hecho para las víctimas y sus familiares, lo que más preocupa a Norberto trasciende lo edilicio. Porque los daños no sólo fueron físicos y materiales: “Mi ex viene con un problema de hipertensión y con varios problemas de salud, y mi hija salió de un cuadro de epilepsia hace pocos años y tiene un trastorno obsesivo compulsivo, por lo que ahora tiene mucho miedo después de lo que pasó, se pone a llorar todo el tiempo, quedó muy shockeada. Ambas están asustadas y no quieren vivir más ahí. Nos trastocaron todo, hay un daño psicológico impresionante. Y me siento desvalido ante esta situación, porque nadie me da ninguna respuesta”.
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