Cinco muertos, acribillados a balazos en una feroz emboscada dentro de un bar en la villa 1-11-14 del Bajo Flores, y dos chicos muertos por incineración cuando una bomba molotov explotó en el conventillo de La Boca donde vivían, es el saldo de los últimos dos ataques presuntamente perpetrados por clanes que manejan el narcotráfico en la Capital Federal, modalidad que concreta un promedio de 100 asesinatos anuales.
En tono al sangriento caso de la villa en el Bajo Flores se busca a los dos sicarios que mataron a balazos a otros cinco el viernes pasado, en lo que se cree fue una venganza por el control territorial de la venta de estupefacientes.
El quíntuple crimen se produjo alrededor de las 22.30 del
jueves en un bar que funciona en la casa 419 del asentamiento situado en Perito
Moreno y Varela, a pocos metros del predio de San Lorenzo de Almagro. A ese
lugar arribaron dos hombres, uno de los cuales se quedó en la puerta y el otro
llegó al mostrador, para enseguida desenfundar armas de calibre 9 milímetros y
abrir fuego contra los cinco parroquianos que se encontraban en el lugar.
Los
hombres asesinados fueron identificados como Hugo Herrera, de 43 años, y José
Daniel López, de 21, ambos de nacionalidad argentina, y los paraguayos Amado
Benítez Fernández, de 47; Miño Altagracia Ferreira, de 50, y Rodolfo Martínez
Jaram de 52). Mientras, el domingo se registró el dramático incendio en un
conventillo de La Boca, que terminó con 11 heridos de distinta gravedad y la
muerte de dos chicos, de 11 y 13 años, que quedaron atrapados entre las llamas.
Aquí, la principal hipótesis de los investigadores menciona a sicarios que arrojaron una bomba molotov en el predio, causando el foco ígneo, en el marco de una "vendetta" narco. Acerca de la problemática, la organización La Alameda presentó ante la justicia días pasados una denuncia marcando los 100 puntos narcos de la ciudad y trazando una radiografía del oscuro negocio. En el informe, se cita la cifra de 500 asesinatos en 5 años por las peleas narcos. "Esto lo declaró un cura en el juicio por la masacre de 2005 en una procesión religiosa. El cura es Adolfo Benassi que fue trasladado del Bajo Flores", indica el trabajo.
En el informe, además, se señala que "quien controla la
villa del Bajo Flores es Marco Antonio Estrada González, alias Marcos, que irá a
juicio oral acusado de asociación ilícita y tráfico de drogas". En el trabajo de
la organización que lucha contra las mafias se explica que "los métodos de venta
de los narcos se realizan en diversas formas", y precisa que, por ejemplo, "en
las plazas los transas se rodean de jóvenes; con sus propias amistades sostienen
su adicción y es el medio económico de su vida diaria, ya que en la mayoría de
los casos no trabajan, ni estudian. Esto se reproduce en cientos de casos en los
sectores de clase media".
También menciona la actividad de "los transas disfrazados en el negocio de la prostitución callejera que venden cocaína y hasta en la puerta de la casa de los vecinos". Como asimismo a "los barras en cada partido, primero fuera de los estadios con los trapitos (hubo una muerte en Caballito entre propios trapitos por disputa narco), en las plazas donde hacen las previas y dentro de los estadios".i
Aquella "Masacre del Señor de los Milagros"
dUno de los episodios con muertos por asuntos de narcos ocurrió el 29 de octubre de 2005, también en la villa 1-11-14, escenario de un hecho de extrema violencia en el que fueron asesinadas cinco personas, entre ellas un bebé de siete meses, y otras cinco resultaron gravemente heridas en lo que se conoció como "la Masacre del Señor de los Milagros". Por uno de los crímenes y por las lesiones de uno de los heridos, fue condenado a 18 años de prisión Alionzo Rutilio Ramos Mariños, un ciudadano peruano sindicado como uno de los líderes del narcotráfico en la Capital Federal.
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