"A mí me pagan 500 pesos por un Samsung bueno.
Voy a Ciudadela y lo vendo a un tipo que me da esa plata por cada equipo. Hago esto todos los días", contó un "punga" que opera en Liniers, días pasados en un informe televisivo, revelando que sólo tenía 14 años, como la mayoría de quienes "trabajaban" en la misma zona, un panorama similar al que se registra en otros "puntos calientes", como Once, Constitución o Retiro.
Del otro lado,
el vendedor de ropa Carlos Pacheco, que viaja diariamente desde Ramos Mejía hasta Flores en el colectivo 172, contó: "En Liniers nunca se detiene esto del robo de celulares, y no podés estar tranquilo ni siquiera arriba del transporte, porque hay pibes que se suben, te lo manotean y se bajan cuando se detiene en las paradas y abre la puerta". De acuerdo al último reporte estadístico sobre esta problemática, emitido por la Cámara de Agentes de Telecomunicaciones Móviles de Argentina (CATEMA), en este 2015 se roban unos 290 teléfonos por hora, a un promedio aproximado de 5 por minuto. En relación al año anterior, se observa un preocupante crecimiento de casos que llega al 15%.
"Es muy importante estar atentos cuando se viaja en medios de transporte, como colectivos, trenes y subterráneos, porque en esos espacios operan muchos delincuentes dedicados al robo de celulares. No se debe perder la atención de nuestras pertenencias. Estar prevenidos es la mejor acción", señaló Néstor Fortunato, especialista en seguridad callejera.
En el ranking de marcas favoritas de las bandas, Samsung aparece claramente liderando ese segmento, seguido por los equipos de Motorola y LG, en todos los casos con teléfonos inteligentes (smartphones), de altísimos precios, y que ofrecen a los malvivientes la posibilidad de "reducirlos" (venderlos en el mercado negro) por cifras que pueden llegar a los 1.000 pesos.
Para
Luis Vicat, licenciado en Seguridad Pública, "los robos de teléfonos celulares se mantienen y esto va de la mano del cambio por los llamados teléfonos inteligentes o smartphones que se masificaron", precisando que "el fenómeno se confirma con la presencia en los alrededores de las estaciones de cuevas donde los equipos son liberados en pocos minutos y ofrecidos a la venta, a mucho menor precio".
Finalmente, Fortunato explicó que "las bandas se organizan, hacen inteligencia en las zonas de escuelas y van rotando para pasar desapercibidos, y cabe decir que es una realidad que la reducción, tras concretar los atracos de los equipos es muy fácil, por lo que hay un mercado gigante para estos aparatos".