El fiscal
Gustavo Gerlero había pedido una pena de 16 años de
prisión a
Miguel Ángel Santa Marinha por homicidio de la diseñadora Celina Bergantiños, quien era la mejor amiga de su esposa y fue hallada estrangulada en octubre de 2013 en su departamento del barrio porteño de San Telmo.
El representante del Ministerio Público consideró a
Santa Marinha autor de "hurto calificado por uso de llave o ganzúa en
concurso con homicidio simple y hurto simple", ya que además del crimen le imputó dos robos cometidos en la casa de la diseñadora, antes y después del homicidio.
Por su parte, el abogado que representa a la familia de Bergantiños, Carlos Castellanos, reclamó una
pena de reclusión perpetua para el acusado por los delitos de "robo agravado por uso de llave o ganzúa, homicidio doblemente agravado por alevosía y criminis causa y robo".
Finalmente, el defensor de Santa Marinha, Salvador Rovito, reclamó al tribunal a
"absolución total", al asegurar que su asistido no tuvo participación alguna en los hechos que se investigan.
Santa Marinha
llegò a juicio luego de ser procesado por la jueza de instrucción Silvia Ramond, quien investigó en primera instancia el crimen de la diseñadora de interiores hallada asesinada el 5 de octubre de 2013 por su propio padre, en el departamento del primer piso de Bolívar 743.
Según la autopsia, la víctima, que trabajaba en el shopping "Buenos Aires Design",
murió estrangulada pero también fue apuñalada en el cuello. Dos amigos del imputado que se presentaron a declarar ante la fiscal que instruyó la causa, María Paula Asaro, fueron la clave para esclarecer el caso en 72 horas, ya que contaron que el propio Santa Marinha les había confesado en una estación de servicio de Monte Grande la autoría del crimen.
"
La maté yo. No sé qué hice. Me mandé la cagada de mi vida", fueron algunas de las frases que Santa Marinha les dijo a bordo de una camioneta a sus amigos, quienes le sugirieron que se entregara a la Justicia. En esa confesión, Santa Marinha explicó que cometió el crimen porque
Celina se había quedado con una calza del local de indumentaria de su mujer en Monte Grande, aunque ellos no le creyeron, al igual que los investigadores, quienes sospechan que entre víctima y sospechoso podía existir "una relación de pareja alternativa".
Fuente: Télam