Policiales
La situación de Jorge Mangeri se complica a medida que pasan los días y se profundiza la investigación. Analizamos diez puntos clave que pueden terminar con la prisión preventiva del imputado como paso previo al futuro juicio.
1) ADN: el rastro genético "indubitable" del portero Jorge Mangeri en la uña del dedo índice de la mano derecha de Angeles Rawson será la prueba clave en el juicio que podría condenar al sospechoso a una probable pena de reclusión perpetua, en el marco de una figura de homicidio que podría agravarse por alevosía y premeditación.
2) Confesión: aunque en las dos requisitorias formales para que declare como imputado, Mangeri se negó rotundamente, previamente se quebró ante la fiscal Paula Asaro y le confesó que había sido el autor del crimen. "Fui yo", dijo de manera contundente el hombre, tras lo cual desligó a su esposa. La situación quedó plasmada en un acta que también será sumada al marco probatorio.
3) Lesiones: las heridas en el cuerpo del encargado generaron las primeras dudas de los investigadores apenas Mangeri pisó la fiscalía como testigo, razón por la cual fue enviado a revisación por médicos legistas, quienes concluyeron que databan de cinco días, coincidiendo con la desaparición de Angeles, y que había intentado taparlas con otras heridas autoprovocadas, incluso utilizando un líquido cáustico. Los estudios fueron realizados por cuatro facultativos.
4) Contradicciones: el testimonio inicial de Mangeri antes de su confesión, contando lo que había hecho el lunes 10 de junio, se contradicen con lo relatado por su esposa. También su presunta enfermedad y la ausencia al trabajo el martes en que se halló el cuerpo en un basural de José León Suárez.
5) Portero vecino: en la investigación consideran muy importante el testimonio realizado por un portero que trabaja en un edificio ubicado frente al de Mangeri, ya que derribó sus coartadas.
6) Lunes: la jornada donde se perpetró el crimen de la adolescente presenta agujeros para la versión de inocencia que intenta plantear el portero y su defensa. Ese día su esposa no estuvo en la casa que comparten. La fiscal elaboró una línea de tiempo que coincide con la desaparición de la chica y el movimiento para deshacerse del cuerpo.
7) Basura: en la fiscalía de Asaro observan como un dato no menor que Mangeri manejaba la basura del edificio y conocía el funcionamiento de los camiones recolectores, los horarios y la ubicación de los contenedores.
8) Allegados: resulta determinante la enorme cantidad de versiones con distintas características que recibieron los allegados de Mangeri, familiares y amigos, sobre los supuestos aprietes policiales para que se autoincrimine en el hecho. El Ministerio de Seguridad, en tanto, investigó y no comprobó movimientos extraños de patrulleros o efectivos.
9) Acosador: ya hay en la causa dos testimonios de mujeres que afirman haber sufrido acoso por parte del encargado del edificio de Palermo. Una es una empleada inmobiliaria, a quien Mangeri le ofreció 100 pesos para bajar al sótano, en una obvia propuesta de características sexuales, que ofendió a la mujer y provocó que realizara la denuncia. Otro testimonio similar pertenece a una vecina, quien vive en la otra cuadra y que escuchó "barbaridades" durante largo tiempo cada vez que pasaba y el portero baldeaba la vereda. "Un día me planté y lo encaré para que la corte. Me decía de todo, es un asqueroso", dijo la mujer.
10) Taxista: el testimonio de un chofer de taxi, que tardó en presentarse por miedo ante la repercusión mediática, terminó de acomodar el rompecabezas de la fiscal Asaro, ya que brindó una secuencia con un Mangeri "nervioso", pidiendo un viaje de pocas cuadras de retorno a su domicilio. Su relato generó varios allanamientos, incluido uno en una obra en construcción cerca de la casa donde vivía Angeles.
3) Lesiones: las heridas en el cuerpo del encargado generaron las primeras dudas de los investigadores apenas Mangeri pisó la fiscalía como testigo, razón por la cual fue enviado a revisación por médicos legistas, quienes concluyeron que databan de cinco días, coincidiendo con la desaparición de Angeles, y que había intentado taparlas con otras heridas autoprovocadas, incluso utilizando un líquido cáustico. Los estudios fueron realizados por cuatro facultativos.
4) Contradicciones: el testimonio inicial de Mangeri antes de su confesión, contando lo que había hecho el lunes 10 de junio, se contradicen con lo relatado por su esposa. También su presunta enfermedad y la ausencia al trabajo el martes en que se halló el cuerpo en un basural de José León Suárez.
5) Portero vecino: en la investigación consideran muy importante el testimonio realizado por un portero que trabaja en un edificio ubicado frente al de Mangeri, ya que derribó sus coartadas.
6) Lunes: la jornada donde se perpetró el crimen de la adolescente presenta agujeros para la versión de inocencia que intenta plantear el portero y su defensa. Ese día su esposa no estuvo en la casa que comparten. La fiscal elaboró una línea de tiempo que coincide con la desaparición de la chica y el movimiento para deshacerse del cuerpo.
7) Basura: en la fiscalía de Asaro observan como un dato no menor que Mangeri manejaba la basura del edificio y conocía el funcionamiento de los camiones recolectores, los horarios y la ubicación de los contenedores.
8) Allegados: resulta determinante la enorme cantidad de versiones con distintas características que recibieron los allegados de Mangeri, familiares y amigos, sobre los supuestos aprietes policiales para que se autoincrimine en el hecho. El Ministerio de Seguridad, en tanto, investigó y no comprobó movimientos extraños de patrulleros o efectivos.
9) Acosador: ya hay en la causa dos testimonios de mujeres que afirman haber sufrido acoso por parte del encargado del edificio de Palermo. Una es una empleada inmobiliaria, a quien Mangeri le ofreció 100 pesos para bajar al sótano, en una obvia propuesta de características sexuales, que ofendió a la mujer y provocó que realizara la denuncia. Otro testimonio similar pertenece a una vecina, quien vive en la otra cuadra y que escuchó "barbaridades" durante largo tiempo cada vez que pasaba y el portero baldeaba la vereda. "Un día me planté y lo encaré para que la corte. Me decía de todo, es un asqueroso", dijo la mujer.
10) Taxista: el testimonio de un chofer de taxi, que tardó en presentarse por miedo ante la repercusión mediática, terminó de acomodar el rompecabezas de la fiscal Asaro, ya que brindó una secuencia con un Mangeri "nervioso", pidiendo un viaje de pocas cuadras de retorno a su domicilio. Su relato generó varios allanamientos, incluido uno en una obra en construcción cerca de la casa donde vivía Angeles.
Te puede interesar:
las más leídas