En la localidad de Bella Vista todo el mundo la conoce como “Higui” y es una mujer de 42 años que está presa desde octubre por defenderse de una patota de varones homofóbicos que intentó lincharla por su condición de lesbiana. Durante la brutal agresión, en la que intentaron empalarla, la víctima hirió a uno de los sujetos, que posteriormente falleció.
Así, todo el grupo de agresores está libre y ella lleva seis meses detenida, mientras desde organizaciones de todo el país se exige a la justicia por su libertad inmediata.
“Higui fue burlada por lesbiana, golpeada con brutalidad y cuando querían partirle el cráneo con una adoquín y empalarla, en pleno acto de defensa personal, le aplicó una puñalada a uno de los agresores, que posteriormente falleció. Al rato llegó la policía al lugar, y lo único que importa desde entonces es el fallecimiento de un integrante de esta patota. Higui está confinada en un calabozo, mientras los agresores se encuentran en libertad con toda impunidad. Queremos a Higui libre, porque es lo justo, porque de lo contrario la justicia lo que está haciendo es avalar la discriminación y la homofobia”, dijo Carolina Abregú, integrante del colectivo Defensorías de Género.
Los hechos ocurrieron el 16 de octubre de 2016 en la localidad de Bella Vista, partido de San Miguel, y durante los días siguientes le tomaron declaración testimonial a Eva Analía Dejesús (apodada Higui), la víctima y acusada de la muerte, como así también a otros testigos, sin la presencia de una defensora oficial. “Te voy a hacer sentir mujer, forra, lesbiana”, declaró la damnificada que le gritó uno de sus agresores mientras le rompía el pantalón y el boxer que llevaba puesto, tras arrojarla al piso de un golpe, mientras un grupo de sujetos le daba patadas.
Si bien ya había sufrido agresiones de esta “patota”, que la amenazaba con violarla para “corregirla”, cuando caminaba por las calles del barrio Mariló de Bella Vista donde vivía, llevaba un cuchillo escondido en el pecho para defenderse. Entonces, en esa ocasión, se lo clavó al hombre que tenía encima, mientras el resto seguía pegándole, aún estando en el suelo.
“La policía la detiene y la lleva a la comisaría de Bella Vista. Como a la una de la mañana me llama mi sobrina y me cuenta que la detuvieron a Higui, que le había contado una vecina. Yo estaba trabajando cuidando a una persona mayor. Entonces le digo a otra hermana que llame a la comisaría y nos confirman que está allí, incomunicada y que mató a una persona”, recordó Azucena, hermana de Eva, que desde entonces no para de reclamar por la injusta detención.
“El lunes y martes no pudimos verla porque cuando fuimos la habían llevado a la fiscalía. Recién estuvimos con ella el miércoles y nos contó lo que pasó. Estaba toda golpeada. Ningún médico la vio ni la asistió, nadie la contuvo; es más, cuando ella dijo que la habían querido violar, los policías se le reían”, agregó. Luego fue procesada por “homicidio simple” por el Juzgado de Garantías 6 de San Martín tras una breve instrucción a cargo del fiscal Germán Weigel. Desde entonces, Eva Dejesús se encuentra presa y alojada en el Destacamento Femenino de San Martín.
“Lamentablemente, no hay avances en la justicia. La tienen confinada en un verdadero depósito de mujeres en San Martín. Ella, por suerte, está mejor de ánimo. sabe del apoyo de tanta gente en todo el país. No está sola. Pero es muy necesario que deje de estar presa. En todo caso, que el proceso continúe, pero no puede estar detenida por defenderse de varones violentos y homofóbicos. Las pruebas son irrefutables”, dijo Carolina Abregú, de las Defensorías de Género.
La hermana de Karina Abregú, sobreviviente de un femicidio con fuego, expresó que “el Estado hizo todo mal con el caso de Higui, desde el comienzo, porque se investiga como si Higui hubiera salido a matar a una persona, cuando en realidad la patota intentó asesinarla y ella se defendió como pudo”.
“Ni siquiera la familia del fallecido se presentó como particular damnificado. Es el Estado, a través de la fiscalía y el juzgado, quien acusa a esta mujer discriminada y criminalizada desde siempre por su condición sexual. Claramente es un caso de legítima defensa, pero la justicia mira para otro lado”, dijo Carolina.
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