Con apenas 23 años, una hija de siete que criaba en soledad y vulnerabilidad emocional y económica, Johana Ramallo cayó en una organización de explotación sexual en ciudad de La Plata, que combina efectivos policiales, personal de la Justicia, organismos del gobierno que miran para otro lado y proxenetas que se ganan la confianza de las víctimas para luego someterlas, con la complicidad de los clientes prostituyentes que pagan por sexo y así sostienen el “negocio”. Este miércoles 26 de julio se cumple un año desde que la joven desapareció y el caso lo investiga la Justicia Federal como un delito por trata, aunque sin demasiados avances, ni tampoco imputados.
Marta, la madre de Johana, que no baja los brazos en la lucha y el reclamo por la aparición con vida de la joven, explicó a Diario Popular que “es el Estado el primer responsable de la situación que ya lleva un año y quienes se llevaron a Johana saben perfectamente lo que hicieron con ella, donde está, pero la impunidad con la que se manejan les permite continuar el silencio”
“Cada semana nos reunimos con el grupo de abogadas que me acompañan para ver la causa, los avances. La realidad es que ya pasaron doce meses y no tenemos imputados. Quienes declararon en el expediente cometieron falso testimonio. Mintieron para ocultar la verdad, desviar la pesquisa. Pero sabemos todo. Los policías de la Comisaría 9 de La Plata, los funcionarios municipales y provinciales, los proxenetas, los narcos, conocemos a todos. Y no sólo luchamos por la aparición de Johana, sino de todas las chicas que desaparecen cada jornada”, dijo Marta.
La desaparición de Johana no es un hecho aislado y forma parte de las más de 3.000 mujeres, jóvenes y niñas desaparecidas en los últimos años, muchas de ellas para ser traficadas y vendidas en el comercio sexual de las redes de trata, según cifras del informe Desaparición en Democracia de 2013, realizado por la Procuraduría de Trata de Personas y Explotación de Personas.
“Les conocemos las caras a los proxenetas, a sus cómplices de la policía, del gobierno, de la justicia y también clientes. Sabemos que la Comisaría Novena de La Plata se queda con parte del dinero que se recauda con los cuerpos de nuestras hijas. Los denunciamos, pero igual continúan con este negocio nefasto. Hay una organización criminal en toda esa zona que capta a chicas para explotarlas sexualmente. Aprovechan su vulnerabilidad. Hay niñas de 12 o 13 años, que entran a hoteles alojamiento. Los denunciamos, porque es parte de la misma mafia en toda la zona de La Plata. Pero no se hace nada”, dijo Marta.
Asimismo, la madre de Johana explicó que “la lucha es también por otras niñas, adolescentes y adultas que son desaparecidas por las redes de trata. No quiero que ninguna mamá pase por este drama. O hijas de mujeres víctimas, como es el caso de mi nieta, que espera a su madre desde hace un año. Sus ojitos tristes, pero al mismo tiempo la esperanza intacta y su fuerza. Es la que me inspira a seguir reclamando por Johana”.
“Captan a nuestras niñas, adolescentes y mujeres en las narices de quienes aseguran estar combatiendo las mafias de los proxenetas. El Estado y los grupos mafiosos van de la mano. Son parte de la misma trama. Pero vamos a seguir luchando, reclamando, hasta que mi hija aparezca”, cerró Marta.
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