La jueza de instrucción, Fabiana Palmaghini, resolverá en las próximas horas si aparta a la fiscal Viviana Fein de la investigación de la muerte del fiscal Alberto Nisman, a pedido de la jueza federal de San Isidro y ex esposa del funcionario judicial que condujo la investigación por el ataque a la AMIA, Sandra Arroyo Salgado, quien en una audiencia de recusación realizada ayer reiteró, como querellante, su disgusto con la forma en la que está siendo conducida la pesquisa.
Luego de concluida la audiencia, a Palmaghini le comenzó a corre un plazo de 48 horas para resolver si accede o no al pedido de apartamiento de Fein, en quien fue delegada la investigación el pasado 18 de enero, cuando Nisman fue hallado sin vida y con tiro en la cabeza en su departamento de Puerto Madero.
Las tres magistradas estuvieron reunidas durante casi dos horas en el edificio de la Cámara del Crimen, a doscientos metros del Palacio de Tribunales, sobre la calle Viamonte, donde Palmaghini tiene su despacho y donde en principio se iba a realizar la audiencia, tras la cual se retiraron en un sin formular ningún tipo de declaración.
Arroyo Salgado llegó a pie poco antes de las 10, acompañada por su abogado, el defensor oficial Germán Carlevaro, pero en cambio no participó el defensor de Diego Lagomarsino, único imputado en la causa, Maximiliano Rusconi, quien había pedido estar presente en la reunión.
Fuentes próximas a la causa aseguraron que primero la recusante Arroyo Salgado, madre de las hijas de Nisman, y luego la recusada Fein expusieron sus distintas posturas y tuvieron incluso la oportunidad de replicarse.
Posturas contrapuestasEn ese punto, las fuentes indicaron que los criterios de una y otra fueron planteados con firmeza pero sin que los posiciones expuestas derivaran en una situación de enfrentamiento personal, tras las criticas que se habían hecho públicamente, aunque el clima de tensión, señalaron, fue una constante en el encuentro.
Para la jueza de San Isidro, Fein condujo la investigación de la muerte de su ex marido con "falta de objetividad, legalidad y neutralidad" ya que, a su criterio, descartó la hipótesis de un asesinato que la querellante viene sosteniendo en base a los informes de sus peritos de parte.
Al avanzar sobre esa cuestión, Arroyo Salgado objetó la designación de Enrique Prueger como perito criminalista en una pericia sobre la mecánica de la muerte y también la misma convocatoria a esa pericia por separado de la de los médicos forenses.
Por su parte, Fein replicó acusándola de diferentes obstrucciones a los peritajes, como las demoras en las pericias informáticas aduciendo el resguardo de la privacidad de Nisman, y puntualmente en la pericia médica, que debía reunir a los forenses para debatir las diferentes lecturas de la autopsia.
Sobre ese punto, la funcionaria judicial que conduce la investigación por el caso Nisman recordó que su condición de fiscal la exceptuaba de su obligación de neutralidad que sí le es exigida a los jueces y defendió todas las medidas de prueba adoptadas y en especial las pericias técnicas que deberían fundar una calificación penal del hecho.
A criterio de la fiscal no se puede determinar aun si se trató de un suicidio pero apuntó que tampoco reunió elementos como para plantear el asesinato, una calificación que irremediablemente llevaría la causa al fuero federal donde Arroyo Salgado tendría mejores condiciones para incidir en la investigación.
A diferencia de Fein, Arroyo Salgado asegura que la muerte de Nisman fue producto de un homicidio y rechazó que pudiera tratarse de un suicidio o un suicidio inducido.