En el gobierno salieron a cuestionar la fórmula compuesta por Alberto Fernández y Cristina Kirchner -calificaron de "horrible" los dichos del postulante a la presidencia de "revisar sentencias judiciales" ante un eventual triunfo-, admitieron la necesidad de recrear una nueva "mística o relato" oficial pero aún no decidieron un cambio de estrategia electoral, ya que no se ha medido el impacto de si lo anunciado acelera o no la polarización. Con todo, no se descarta la incorporación de un peronista a la fórmula que va a encabezar Macri el 11 de agosto.
En la reunión de gabinete de ayer por la mañana Macri no evitó hablar con sus ministros sobre la sorpresiva decisión de Cristina Kirchner de resignar su candidatura a presidente para designar en su lugar a Fernández. Tras ese encuentro, el vicejefe de Gabinete Andrés Ibarra y el ministro de Educación, Alejandro Finocchiaro, se refirieron al tema político que el último sábado pateó el tablero electoral.
"De un día para el otro aparecen estas decisiones, en esta centralidad que ejerce la ex presidenta y no sabemos qué puede pasar en ese espacio, si es una posición definitiva, si es un globo de ensayo, o qué", remarcó Ibarra al tiempo que indicó que "no sabemos qué puede pasar, no sabemos si es definitivo, hay que esperar".
Consultado por este diario sobre los dichos del ex jefe de Gabinete, que sugirió en caso de llegar podría "revisar sentencias" contra ex funcionarios kirchneristas, Finocchiaro calificó como "horrible" que Fernández haya amenazado previamente a ser designado con auditar los fallos de algunos jueces federales. "Un presidente no puede revisar sentencias del Poder Judicial, se supone que en la Argentina nosotros tenemos división de poderes establecida en la Constitución que nosotros hemos respetado a rajatablas", indicó y sostuvo que habría que preguntarle al ahora candidato "si va a renunciar al día siguiente de haber asumido, si va a modificar la Constitución o si va a reponer al general (César) Milani en el Ejército", chicaneó.
Lo cierto es que ayer en Casa Rosada admitían que el peronismo había retomado la iniciativa y copado la agenda política. Una espada del oficialismo consultada por este diario indicó que "Cristina no se bajó: puso a un dirigente de poco peso delante (por Fernández). Y lo hizo en un 90% por un tema personal".
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La alta fuente gubernamental consultada dijo que "nadie sabe ahora cuál es el impacto de esta presentación, habrá qué medirlo (en sondeos) al igual que habrá que esperar los resultados de las encuestas cualitativas" de Roberto Zapata, socio de Jaime Durán Barba.
Con todo, especuló que para que la lista de Cambiemos retome vigor en las elecciones deberá "recrear una nueva mística o relato con visión de futuro". En verdad, se trata del desafío de los estrategas de la Rosada: cómo darle sentido a la idea del cambio después de una gestión de más de 3 años que ha traído sinsabores en dos objetivos de la campaña 2015, como fueron los ejes "unir a los argentinos" o la baja de la inflación.
En tanto, otras fuentes oficiales consultadas explicaron que con la vuelta de rosca decidida por la ex presidenta, Cambiemos "deberá ser más abierto" y que no se descarta incorporar algún peronista a la fórmula. Así, el funcionario consultado anteriormente tampoco lo descartó pensando en sumar voluntades rumbo a un eventual balotaje.
"Con la economía estable, aumentan las chances del Presidente. La principal preocupación es que no venga un viento de afuera y tumbe todo. Pero eso no lo sabremos", explicó un histórico dirigente PRO que anticipó que el Ejecutivo buscará retomar la iniciativa en las próximas semanas con "los cortes de cintas" en Capital y el Conurbano, como las inauguraciones del Paseo del Bajo o el Metrobus de Quilmes.
En el gobierno hay expectativas que la Convención nacional del radicalismo del 27 de mayo se desarrolle con normalidad, confirmando la adhesión a la alianza de gobierno, incluyendo una cláusula para buscar nuevas herramientas electorales pero que no habrá un pedido "taxativo" de enfrentar en primarias al PRO. "No tendría sentido competirle al presidente", justificaron en el oficialismo.
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