Desde el departamento donde cumple prisión domiciliaria por su condena en la Causa Vialidad, la expresidenta envió un nuevo mensaje grabado de unos nueve minutos que fue reproducido durante un festival artístico en Parque Lezama.
Este 9 de Julio, al igual que de lo ocurrido en el Día de Bandera, el peronismo volvió a congregar a sus adherentes en Parque Lezama, y a las 17 los manifestantes pudieron escuchar un nuevo mensaje grabado de Cristina Fernández de Kirchner.
Antes del mensaje grabado de Cristina, hubo un festival artístico donde se presentaron artistas como Teresa Parodi, Peteco Carabajal, Barbarita Palacios, Los Garciarena y Duratierra. Además, prometían feria, kermés y una “merienda patria”.
Hola, ¿qué tal? Bueno, ¿cómo están por ahí en Parque Lezama? Bueno, aunque no parezca soy yo, Cristina. Con esta voz de ultratumba, producto de una fortísima gripe que todavía estoy transitando. Bueno, igualmente quiero decirles que estoy bien, que los escucho todos los días cuando pasan por acá, por San José 1111. Tocando bocina o gritándome desde la vereda con el amor y el cariño de siempre. Créanme, créanme que cuando los escucho gritar: “Cristina, te quiero”, “Cristina, te amo”, o “salí al balcón que me tengo que ir a trabajar”, no solo me río mucho, sino que, en serio, son verdaderas caricias al alma. Así que, gracias, en serio, de corazón.
Bueno, hoy, en el Día de la Independencia de la Patria, créanme que, como argentina no recuerdo otro 9 de julio como este. Desde el año 56, después que lo derrocaron a Perón y lo trajeron al Fondo Monetario, nunca tuvimos este grado de dependencia. Porque cuando uno se detiene a pensar qué significó esa independencia y la compara con esta Argentina que estamos viviendo, la pregunta obligada que tenemos que hacernos, como argentinos, es: ¿somos realmente libres o independientes? ¿O estamos otra vez ejecutando políticas dictadas desde afuera, aceptando sin chistar condiciones del FMI o de otros que perjudican tanto a nuestra gente? Porque lo que se vive hoy, lo que se vive hoy en la Argentina no es simplemente un ajuste, ni una crisis, ni una tormenta pasajera. Es un verdadero problema estructural.
Miren, para que se entienda, los peores vencimientos de deuda, de capital y de intereses, con el FMI y los bonistas, los van a tener que afrontar los próximos dos gobiernos. Todavía no se le ha pagado un solo peso de capital al Fondo. A partir del 27, a partir del próximo gobierno, la Argentina, más que una pared de vencimientos, tiene una muralla infranqueable que tiene que pagar en dólares contantes y sonantes. Si nosotros, sinceramente, como argentinos, seamos... sean de izquierda, de derecha, de abajo, de arriba, peronistas, antiperonistas, lo que más te guste, no nos ponemos a pensar cómo encarar y resolver esta cuestión, somos boleta, somos boleta.
Y ojo que digo resolver, no posponer, como hacen todos que patean las cosas para adelante. Hay que ponerse a laburar y resolver con las tres C, como digo, las tres C: cabeza, corazón y coraje. Como hizo Néstor Kirchner. Por un lado hizo la reestructuración de deuda más importante de la que se tenga memoria y, por el otro, le pagó al Fondo Monetario. Y quiero decirles algo, mis queridos compatriotas, que hoy, hoy el problema es mucho más grave que en aquel momento. Tenemos que tomar una justa dimensión del problema.
Les debemos al Fondo Monetario más de 65.000 millones de dólares, los 45.000 que le dieron a Macri, más los 12 que le dieron a Milei hasta ahora, porque pueden ser más, porque le han prometido una apertura de 8.000 millones más. Y se lo debemos al prestamista de última instancia, que es el Fondo. O sea, para que se entienda, al que te presta en el barrio, cuando ya nadie quiere prestarte porque saben que no podés pagarles y te chupa la sangre. A ese que es el Fondo Monetario le debemos más que a nadie. Y además, por si todo fuera poco, somos su primer deudor a nivel global. Más desastre no se puede imaginar.
Es muy grave, compatriotas. Pero vamos a tener que pensar, encarar y resolver, porque tenemos que tener claro que Milei ya está incumpliendo las metas que él mismo acordó con el Fondo Monetario. La semana pasada lo reconoció la propia vocera del Fondo, que dijo: la acumulación de reservas en la Argentina brilla por su ausencia. Y claro, manzana, es lógico, como dije hace años, y lo vuelvo a repetir, la Argentina no produce suficientes dólares para desarrollarse y al mismo tiempo pagar el endeudamiento serial, compulsivo y fugador al que nos sometieron los gobiernos de Macri y de Milei.
Por eso, por eso creo que una parte del pueblo argentino está desorientado, no sabe si va a zafar de una para caer en otra peor. Y mientras tanto, espera y mira. Y en ese mientras tanto, el desgobierno de Milei sobrevive, le van prestando y prestando para mantenerlo con el agua al cuello pero sin ahogarse.
¿A la espera de qué? ¿A la espera de consolidar un modelo en el que intenten hacer cerrar los números macroeconómicos? ¿Cómo? Simple. Haciendo desaparecer a la clase media argentina. Como el modelo a la peruana, esa que tanto le gusta al Toto Caputo. Quieren que se consolide un país para el 30% más rico y el resto, querido, condenado a vivir sin movilidad social, sin dignidad, sin futuro.
Y ya estamos viendo cómo funciona ese modelo para la gente, donde no solo se endeuda al país, sino que también se endeuda a las familias. El 90% de la población argentina tiene deudas y el 12% de los hogares tiene más de 3 deudas a la vez. El 70%, no, el 76% de esas deudas no tienen cómo pagarlas. Muchos ya están en mora. Y hay que saber una cosa importante, que de cada 4 de esas deudas, 3... de cada 4, 3 se originaron en el 2024. Durante el primer año del economista experto en crecimiento con o sin dinero, pero se lo tendría que explicar mejor a la gente, el hombre, ¿no?
Deuda para las tarjetas, deuda para los servicios, deuda para la comida, las compras fiadas, los impuestos, deuda para el alquiler, hasta para los remedios. Este es el modelo de Milei: deuda pública, deuda familiar y deuda privada, como ya hemos empezado a ver, ¿no? Empresas que caen en default, fábricas que suspenden actividad y personal o directamente despiden. Y comienza otra vez a generarse, como en los 90, miedo a quedarse en la calle sin trabajo. Y por lo tanto, como tenés miedo, se acepta cualquier condición de laburo sin necesidad de ninguna reforma de flexibilización laboral.
En síntesis: sociedades fragmentadas, desiguales, empobrecidas y resignadas. Pregunta: ¿eso es independencia? ¿Esa es la libertad? ¿Esa es la libertad? ¿En serio? Por Dios. Este nunca fue el proyecto de la Argentina. Y en fechas como hoy, 9 de julio, es muy bueno recordarlo. Por eso, nosotras y nosotros, los peronistas, tenemos que pensar más allá del corto plazo. Pensar qué Argentina queremos tener en el 27, en el 31, en el 35 y cómo llegamos ahí sin dejar a nadie atrás. Y para eso, compatriotas, es imprescindible encarar el problema del endeudamiento. Con las tres C, como les dije al principio, cabeza, corazón y coraje. Porque este 9 de julio no alcanza con recordar la independencia. Hay que reconocer que esa independencia, que tanto costó construir, que llevó a nuestros próceres a sacrificar sus vidas, es la que está en peligro y es la que tenemos que volver a defender y construir.
Y esa tarea nos toca a todos nosotros, los peronistas. Como siempre. Si no lo hacemos nosotros, no lo va a hacer nadie. Tenemos que pedir también que nos acompañen, porque lo vamos a hacer, como ya lo hemos hecho, y lo vamos a volver a hacer una y mil veces. Por eso, compatriotas, este 9 de julio, feliz día de la independencia argentina.
comentar