La pregunta es: hasta qué punto podrá sostenerse una estrategia fiscal que prioriza el equilibrio fiscal por sobre las urgencias sociales, en un contexto de caída del consumo, conflictividad laboral y desgaste en la opinión pública.
Guillermo Francos sabe que es el principal vocero del Gobierno. Y con la eficiencia que lo caracteriza, este miércoles salió a dejar bien en claro que el Gobierno vetara cualquier iniciativa que ponga en riesgo el equilibrio fiscal que a la gestión de Javier Milei tanto le costo conseguir, a fuerza de motosierra.
Por eso, mientras en el Congreso los diputados de la oposición festejaban por haber conseguido quórum y se aprestaban a tratar un aumento en las jubilaciones, el jefe de Gabinete ratificaba lo que viene diciendo hace meses: que el presidente vetará cualquier ley que comprometa el equilibrio fiscal.
“No existen los recursos, en particular del sistema previsional, donde tenemos un trabajador y medio activo por cada jubilado, así que no se puede pagar”, dijo Francos durante una disertación que ofreció ante la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE). Y agregó : “Por más que propongan un aumento de partidas, no se puede aprobar una ley así, y si lo hacen, el Ejecutivo la va a vetar”.
Por si no había quedado bien claro, el jefe de Gabinete subrayó: “el Poder Ejecutivo los va a vetar porque no están los recursos para afrontar esos nuevos gastos”. Y lo hizo en momentos en que en el Congreso de la Nación se aprestaban a debatir proyectos para reformar el sistema jubilatorio y para incrementa las partidas por discapacidad.
“Todos los miércoles tenemos una pelea importantísima en el Congreso para tratar de que no tengan los votos. Parece ridículo, pero tenemos que tratar de que no tengan quórum para que no nos aprueben leyes que nos rompan el equilibrio fiscal”, remarcó Francos. Y agrego: “No hay nada si no mantenemos el equilibrio fiscal, por eso “el Gobierno con un esfuerzo enorme, ha cortado programas enormes, despedido personal, eliminado fondos fiduciarios, generadores de programas que no sirven para nada y son generadores de gestiones que tiene un costo muy alto y todo a costa del Estado”.
El jefe de Gabinete también señaló que, antes de considerar mejoras en los haberes jubilatorios, es necesaria una reforma laboral que permita aumentar la cantidad de trabajadores activos. “No se puede pagar, por más que propongan un aumento de partidas”, reiteró.
Así, el principal vocero del Gobierno dejó bien claro que el presidente Milei vetará cualquier iniciativa legislativa que comprometa el equilibrio fiscal, especialmente aquellas relacionadas con el sistema previsional y subsidios a la discapacidad.
El anuncio de Francos deja en evidencia la estrategia del Ejecutivo de blindar el superávit fiscal como condición innegociable de su programa económico. En ese marco, cualquier iniciativa que implique un aumento del gasto —por más legítima que sea la demanda social que la impulse— será interpretada como una amenaza al equilibrio alcanzado en las cuentas públicas.
La postura oficial también funciona como señal hacia los mercados y los organismos multilaterales de crédito: el Gobierno busca mostrar compromiso con la disciplina fiscal incluso frente a la presión del Congreso o de sectores sensibles como el sistema previsional o la salud pública.
Sin embargo, el escenario legislativo plantea tensiones crecientes. Con el Congreso más activo y la oposición articulando propuestas vinculadas al poder adquisitivo de jubilados, trabajadores de la salud y personas con discapacidad, es probable que el Ejecutivo deba recurrir de manera frecuente al recurso del veto presidencial.
La pregunta que comienza a instalarse no es solo si habrá vetos, sino hasta qué punto podrá sostenerse políticamente una estrategia fiscal que prioriza el equilibrio presupuestario por sobre las urgencias sociales, en un contexto de caída del consumo, conflictividad laboral creciente y desgaste en la opinión pública.
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