El represor ya goza de la domiciliaria. Abogados querellantes pidieron que se revea el lugar donde cumple la condena, ya que un testigo que declaró en contra del ex policía reside en el mismo barrio, pero el tribunal la rechazó. Organizaciones de derechos humanos de la ciudad balnearia repudiaron el traslado.     

La decisión de la Justicia de otorgarle el beneficio de la prisión domiciliaria al represor Miguel Etchecolatz tuvo repercusiones y reacciones inmediatas.

Una de ellas fue la presentación que abogados querellantes en causas de derechos humanos hicieron al Tribunal Oral Federal 1 de La Plata, donde solicitaron “garantizar la seguridad, protección e integridad” de las víctimas del ex policía. También pidieron que los miembros del TOF 1 de La Plata “revean el lugar de residencia” del represor por habitar allí uno de los testigos que fue víctima de su accionar durante la última dictadura cívico-militar.

“Nuestro querellante, testigo y víctima por el cual Etchecolatz fue condenado, se domicilia en el mismo barrio donde residirá el genocida luego de que la justicia dispusiera el cumplimiento de la prisión domiciliaria en el inmueble ubicado en la calle Nuevo Boulevard del Bosque entre Guaraníes y Tobas, Bosque Peralta Ramos”, indicaron en la presentación firmada por los abogados Guadalupe Godoy y Emanuel Lovelli.

Agregaron además que el sobreviviente del terrorismo de Estado “es testigo y víctima en el debate que espera fecha de inicio ante ese tribunal por los crímenes cometidos en el Pozo de Quilmes durante la última dictadura y en el cual el propio Etchecolatz resulta imputado”.

Más tarde, se supo que el TOF rechazó este pedido y, de hecho, Etchecolatz fue trasladado a su domicilio del Bosque Peralta Ramos, en Mar del Plata.

La otra reacción fue la del Concejo Deliberante de Mar del Plata, quien condenó que a un acusado por delitos de lesa humanidad se le permita vivir en esa ciudad. “Es inconcebible que esta alimaña esté suelta o en su casa del Bosque”, dijo el titular del cuerpo deliberativo local, Guillermo Sáenz Saralegui.

Por otra parte, organizaciones de derechos humanos dieron a conocer un documento: “Etchecolatz es el límite”, se tituló. El comunicado lleva la firma de Madres de Plaza de Mayo-línea Fundadora, Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, Liga Argentina por los Derechos del Hombre, Comisión Memoria, Verdad y Justicia de la zona Norte, entre otras. Los organismos humanitarios consideraron que “el camino del ’dos por uno’ que trazó la nueva Corte Suprema, que habilitó las libertades a domicilio con el fallo a favor del genocida (Felipe) Alespeiti ha abierto las puertas para este verdadero agravio a la memoria, las víctimas, sus familiares, los organismos de derechos humanos y a la democracia”. El comunicado también lleva la firma de Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, Buena Memoria, Fundación Memoria Histórica y Social Argentina, Familiares y compañeros de los 12 de la Santa Cruz, Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos y Asamblea Permanente por los Derechos Humanos-La Matanza.

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Desde Mar del Plata, se sumaron otras voces, como la de Leda Barreiro, referente local de Abuelas de Plaza de Mayo, quién afirmó: “Nos deja pasmados este retroceso de la Justicia. No nos vengan con que es viejito: nosotras también somos viejitas”, y recordó que el represor fue jefe de 21 centros clandestinos de detención en la provincia de Buenos Aires durante la última dictadura.

Por su parte, la diputada nacional marplatense de Unidad Ciudadana Fernanda Raverta recordó que Etchecolatz fue declarado “persona no grata” en 2001 en el Partido de General Pueyrredón, al igual que otros represores como Alfredo Astiz. Raverta, quién es hija de María Inés Raverta, desaparecida desde junio 1980, pidió que la Justicia revea el fallo, porque los marplatenses “no se merecen vivir junto a un genocida”.

También reaccionó Rubén López, uno de los hijos de Jorge Julio López, el albañil desaparecido hace 11 años tras testificar contra el represor. López advirtió que Etchecolatz, “es el genocida más terrible de Buenos Aires durante la dictadura”. Recordó que su padre estuvo secuestrado y desaparecido durante la dictadura militar y nuevamente fue víctima de “desaparición forzada” en 2006, “seguramente por (orden) de Etchecolatz”, dijo.

Asimismo la agrupación HIJOS, de Bahía Blanca, repudió la decisión judicial. “Nuestro mas enérgico repudio a la Justicia corporativa que en consonancia con el gobierno suelta a todos los genocidas”, dijeron en un comunicado.

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