Leonardo Barone, de trasladar al Indio Solari a estar a cargo de la flota aérea presidencial

Se trata de Leonardo Barone, quien se desempeña como CEO de Global Jet, una firma con base en el aeropuerto de Morón, y fue elegido para comandar la Dirección General de Logística, que depende de Secretaría General de la Presidencia. Lo secunda Alejandro Magariños, un ex ejecutivo de marketing del Banco Itaú.

El designado funcionario, que aún no se hace ver por las oficinas de Aeroparque a diferencia de Magariños, tiene un antecedente colorido: fue el piloto del avión que trasladó a Carlos “Indio” Solari hasta Olavarría cuando el ex líder de los Redonditos brindó en 2017un show, en el que dos asistentes perdieron la vida a causa de una avalancha. Desde Morón, donde tiene base la firma Global Jet, había trasladado a los músicos hasta la ciudad ubicada en el centro-oeste de la Provincia.

Ahora fue designado como Director de Logística, un organismo que tiene a su cargo la flota de Tango´s pero también el alquiler de vuelos privados. De hecho, durante la gestión de Mauricio Macri se gastaron al menos 5 millones de dólares en vuelos de alquiler para las giras internacionales. Es que, ante el impedimento de contar con avión presidencial con suficiente autonomía, los jefes de estado deben recurrir a aerolíneas o a vuelos privados. Hoy Alberto Fernández y su comitiva tomarán un vuelo comercial para llegar a Roma donde el viernes se entrevistará con el Papa Francisco.

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Lo cierto es que algunos actores del mercado aeronáutico observan una presunta “incompatibilidad” en el cargo de Barone por provenir del mismo rubro –el alquiler de aviones privados- al que eventualmente podría recurrir como funcionario. En teoría, aún están vigentes los decretos de Macri que regulan los casos de eventual conflicto de interés.

Con todo, la Secretaría General hizo saber que la mayoría de los aviones de la flota oficial se encuentran en mal de estado y, por tanto, no operativos. Pero una versión indica que el malogrado Tango 01 –el Boeing 757 que no se usa desde 2015 y hoy descansa en la base de El Palomar- está “en observación” por parte de los funcionarios de Casa Rosada y en un futuro podría autorizarse su remodelación.

El problema es su alto costo de reparación: la firma Boeing, fabricante de la aeronave, estimó que la inversión para su puesta a punto oscilaba entre las “las sumas mínimas de 21.414.935,49 dólares y máxima de 26.609.395,49 de dólares”. Se trata de una alta suma considerando que el macrismo intentó comprar un Boeing Jet, un avión más pequeño, por una cifra que oscilaba entre los 40 y 50 millones de dólares.

El otro avión averiado es el Tango 04 y que quedó envuelto en una controversia por su puesta en mantenimiento. Se encuentra fuera de servicio porque se le venció la “inspección” en diciembre pasado y debería ser trasladado en un “vuelo de servicio” desde Aeroparque a Ezeiza para las tareas de mantenimiento.

“El problema es que la empresa ARSA pasó un presupuesto de casi 8 millones de dólares más caro que el de una firma brasileña y aún no se decide qué hacer”, indicó una fuente oficial consultada. “La inspección la tendrían que haber hecho en diciembre y no la hicieron porque la administración anterior no autorizo ese gasto”, cerró una fuente oficial consultada por este medio.