Los estrategas de campaña del gobierno pasaron del shock por la noticia a reafirmar la estrategia nacional de polarizar con el kirchnerismo -Cristina sigue estando en la boleta- pero el ala política del oficialismo no se rinde: afirma que para no perder la Provincia se debería recalibrar la estrategia, ensanchando la base de sustentación de la coalición, pensando en la posibilidad de confrontar con un peronismo unido en ese distrito.
Mauricio Macri se enteró de la determinación de Cristina Kirchner de ser la candidata a vicepresidenta de Alberto Fernández en la Residencia de Olivos. A media mañana se dirigió a un local de Villa Pueyrredón donde, en modo campaña, alentó a un grupo de voluntarios llamados Defensores del Cambio a continuar con el rumbo y sostuvo que volver al pasado sería autodestruirnos. Es decir, reafirmó el mensaje de campaña que, pese a las dificultades, seguirá machacando con la idea del cambio.
Cuando algunos analistas políticos afirmaban que el volantazo de la ex presidenta obligaba a Cambiemos a resetear la estrategia de campaña, por una menos agrietada para sumar sectores afines al peronismo, cerca de Marcos Peña, jefe de campaña del oficialismo, explicaron que no nos cambia nada de lo que debemos hacer cómo se organiza la oposición. Somos una fuerza coherente que representa el cambio, el futuro y la vocación de no volver atrás de la mayoría d los argentinos. Más que nunca defensores del cambio esgrimieron, en tono proselista.
Mientras las redes sociales ardían de comentarios y análisis sobre la Cristina vice, abriendo la chance de una gran PASO del peronismo, el ministro de Educación, Alejandro Finocchiaro, declaraba a radio Nacional que era una de las posibilidades que siempre se barajó porque a la ex presidente siempre le ha gustado jugar al misterio con estas cosas. Igual sigue siendo la representación del gobierno que terminó en 2015. Si Cristina está en la fórmula, es Cristina la candidata, eso no se puede dudar. Y básicamente es una copia de la fórmula de Cámpora con la única diferencia es que en esa época Perón estaba en el exilio y estaba proscripto.
Con todo, los estrategas de campaña de Balcarce 412, el edificio sede del PRO, siguen diagramando su campaña de redes, con invitaciones a grupos de afinidad por Whatsapp y geolocalizando el mensaje de los candidatos. Pareciera que ajenos al descontento de gran parte de la población por la crisis económica, cuentan por lo bajo que la campaña es lo mejor que hacemos. Hasta ahora desde que comenzaron a competir en la Ciudad están invictos. Pero a la difícil coyuntura se le suma la posibilidad de batallar electoralmente con un peronismo ensanchado y vigorizado por la jugada de ayer de la ex mandataria.
Una fuente del ala política admitió que hasta ahora no cambia demasiado el panorama pero no está dicha la última palabra, falta para el 22 de junio y conjeturó sobre el nuevo armado cristinista: Veo a (Daniel) Scioli y a (Sergio) Massa compitiendo en ese espacio pero no a (Roberto) Lavagna, (Miguel) Pichetto y a (José Manuel)Urtubey más la mayoría de gobernadores. Con todo, no consideran a Alberto Fernández como un gran candidato y menos con chances de hacer una buena campaña.
Sin embargo, las fuentes no desconocen que la ampliación del peronismo de la Provincia sumando al massismo-se cree que el líder del Frente Renovador podría competir en la primaria presidencial en este espacio-, pondría en riesgo la posibilidad que María Eugenia Vidal reelija como gobernadora bonaerense.
En el vidalismo admiten que la jugada fue sorpresiva. Pero todavía hay que ver cómo decanta todo esto. Seguimos trabajando de la misma manera. Un diputado bonaerense, por su parte,reocnoció que el nuevo armado del Frente Patriótico nos condiciona y mucho por la ampliación del espectro peronista de la Provincia.
Un estrecho colaborador de Vidal, en tanto, expresó su cautela pero admitió que esperamos un cambio en la estrategia de campaña de Cambiemos.
Pero esa necesidad no es compartida por la mesa chica del macrismo que también desconfía de la posibilidad de sumar dirigentes de otros espacios. Es la demanda lo que vale, la gente sabe lo que quiere y no cambia con la incorporación de otros políticos. Hoy estamos un tercio nosotros, un tercio Cristina y otro tercio en el medio. Igual habrá que ver cómo evoluciona todo, confió anoche a este diario un funcionario que acompaña a Macri desde sus inicios en la política.
Empero, en Casa Rosada no cierran la puerta a nuevos cambios: las encuestas cualitativas que está preparando el equipo de Jaime Durán Barba tendrían la última palabra. Hasta el 22 de junio habrá tiempo para cerrar todos los casilleros de las boletas que competirán el 11 de junio y el 27 de octubre.
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