El “Pacto de Mayo”, el acuerdo político, social y económico que el Presidente anunció en la apertura de las sesiones ordinarias el pasado viernes tiene apoyos, dudas y rechazos por parte de los mandatarios provinciales.
La convocatoria del pasado viernes de Javier Milei a los gobernadores puso la mira de la opinión pública en la postura que toma cada uno de ellos frente al "Pacto de Mayo". Mientras algunos ya expresaron su predisposición a acompañar esa iniciativa son varios los que quieren ver la letra chica y adelantan condiciones. Asimismo, algunos mandatarios provinciales ya lo rechazan de plano.
Las reuniones que empezarán el próximo viernes entre el Ejecutivo y las provincias apuntan a buscar un acuerdo en torno a los temas que Milei puso como condición para avanzar en ese pacto de 10 políticas de Estado: la aprobación de la Ley de Bases que se frustró en enero y un nuevo acuerdo fiscal, que en los hechos funcionará como pieza de negociación.
La mayoría de los gobernadores tiene previsto ir a la Casa Rosada, sino todos. Incluso el bonaerense Axel Kicillof, referente del kirchnerismo que se presenta como uno de los más duros frente a la iniciativa de Milei, tenía previsto asistir a alguno de los encuentros, si lo invitan.
En Balcarce 50 aseguran que van a “escuchar” a los mandatarios y que quieren saber sus realidades provinciales, para luego “negociar”.
Después del resonante anuncio que realizó Milei en la apertura de sesiones del Congreso, varios gobernadores adelantaron su adhesión al Pacto de Mayo o, al menos su disposición a acompañar las 10 políticas de Estado que definió el Presidente. En rigor, más de la mitad de mostraron de acuerdo con la idea.
Los que confirmaron rápidamente su presencia fueron los del PRO, con el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Macri, y el gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, a la cabeza. A ellos se les sumó rápidamente Ignacio Torres, el mandatario de Chubut que viene de mantener un duro enfrentamiento con Milei por los recursos coparticipables.
A ellos se les sumaron los radicales Alfredo Cornejo (Mendoza), Leandro Zdero (Chaco), Gustavo Valdés (Corrientes), Maximiliano Pullaro (Santa Fe) y Carlos Sadir (Jujuy). También expresaron su adhesión otros gobernadores del extinto Juntos por el Cambio como Claudio Poggi (San Luis) y Marcelo Orrego (San Juan).
Además, en adhirieron rápidamente al Pacto de Mayo varios gobernadores del peronismo no K entre los que se destacó el tucumano Osvaldo Jaldo, que viene de romper con el bloque de diputados de Unión por la Patria, y también el catamarqueño Raúl Jalil. Ambos mantienen hoy un diálogo fluido con el Gobierno nacional.
En ese esquema, otro de los que sorprendió al mostrar su predisposición a firmar el pacto fue el cordobés Martín Llaryora, quien también protagonizó un fuerte cruce con el Presidente algunas semanas atrás por el recorte de fondos que ejecutó el Ministerio de Economía sobre las provincias.
También se inscriben en este pelotón de gobernadores que muestran predisposición a aceptar el llamado del Presidente Gustavo Sáenz (Salta); Hugo Passalaqcua (Misiones) y Claudio Vidal (Santa Cruz). Todos estos jefes provinciales expresaron su adhesión al Pacto de Mayo o al menos su predisposición a firmar un gran acuerdo como el que propone Milei.
Hay gobernadores que no le cierran la puerta al pacto propuesto por Milei y que estarán en la Casa Rosada el próximo viernes, como es el caso de Alberto Weretilneck (Río Negro) y Gustavo Melella (Tierra del Fuego).
En el grupo de los que no han tomado una decisión clara están también Claudio Vidal (Santa Cruz), Gildo Insfrán (Formosa) y Gerardo Zamora (Santiago del Estero).
Solo tres mandatarios rechazaron con dureza el “Pacto del 25 de Mayo”: Axel Kicillof (Buenos Aires), Sergio Ziliotto (La Pampa) y Ricardo Quintela (La Rioja).
De los 24, hay 16 que están dispuestos a apoyar el pacto, tres que lo rechazaron y cinco que esperan definiciones más claras en la negociación que propuso abrir el Presidente, en búsqueda de gobernabilidad y tras una escalada sin límites que abrió heridas profundas que no se sanarán fácilmente.
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