El ex jefe de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) Oscar Parrilli y su entonces segundo Juan Martín Mena fueron sobreseídos en una causa iniciada por un presunto tráfico de influencias para con el juez federal Sebastián Casanello a raíz de una escucha telefónica que fue borrada.
La decisión, de hecho, fue adoptada porque la escucha telefónica en cuestión, que se conoció en los medios y que inició la denuncia judicial, no consta en un expediente judicial puesto que meses atrás se había ordenado su destrucción.
En la escucha Parrilli le pide a Mena que interceda con sus contactos ante Casanello para evitar que éste procesara al ex jefe de la AFIP Ricardo Echegaray en la causa por lavado de dinero por la cual está detenido el empresario Lázaro Báez.
La secuencia fue la siguiente: Parrilli recibió el llamado de Echegaray e, inmediatamente, aquel luego se comunicó con Mena.
“Me avisan que el juez tiene una versión como para procesarme ¿Vos crees? ¿Puede ser esto? Por lo que averigüé el tipo me quiere procesar por nada”, le consultó Echegaray al ex jefe de Inteligencia sobre la causa por lavado de dinero.
En ese diálogo, Parrilli sostuvo que “no le tenía confianza” a Casanello y le aseguró que quien sí tenía relación con él era el ex secretario de Justicia Julián Álvarez.
A las pocas horas, el ex director de la AFI llamó a Mena, quien era su segundo en ese organismo, para interceder por Echegaray.
“Me llamó Ricardo que Casanello lo tiene contra las cuerdas. A ver qué podes hacer. Porque claro, Julián (Álvarez) sigue teniendo contacto con él”, le dijo Parrilli, lo que forma parte de la denuncia que llevó a los tribunales el abogado Santiago Dupuy de Lome.
Las escuchas se suscitaron a raíz que el teléfono de Parrilli estuvo intervenido por orden de la jueza federal María Servin de Cubría en una causa iniciada el 29 de enero de 2016 a raíz de un pedido hecho por el Director General de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) sobre ese teléfono y otros para investigar el robo de información del organismo.
Pero cuando la jueza advirtió que no había pruebas de delito alguno en las escuchas a Parrilli, el 29 de junio de ese mismo año, o sea seis meses después, ordenó la destrucción y borrado de los soportes de grabación y copia de los audios.
Incluso, Servini de Cubría le informó a su colega Marcelo Martínez de Giorgi que tampoco ella se había quedado con los registros de la transcripción de los audios, “no pudiendo en consecuencia informar si la supuesta conversación transcripta en la petición fue o no registrada en la intervención”.
En función de ello es que el juez Martínez de Giorgi concluyó que “no fue posible comprobar” lo denunciado puesto que las escuchas ni las transcripciones existen.
Es la segunda causa iniciada por las escuchas telefónicas a Parrilli que tiene su destino el archivo.
Lo mismo sucedió con otra conversación del ex titular de la AFIP con la ex presidenta Cristina Kirchner y en donde ambos referían a que el ex espía Antonio Stiuso armaba “carpetazos” contra jueces y fiscales.
Sergio Farella / NA.