En plena corrida cambiaria, con un dólar que alcanzó los $23,30 amenazando con hacer disparar la inflación los próximos meses, en Casa Rosada se intentó respaldar al equipo económico en medio de versiones de eventuales cambios: primero fue Mauricio Macri en la reunión de Gabinete y por la tarde fue la “sanadora” visita de Elisa Carrió la que intentó poner paños fríos a la disparada del billete verde, que vinculó con presiones internacionales. “No me preocupa el dólar sí la inflación”, reconoció.
Bien temprano, cuando aún quedaban ecos de corrida por el dólar que viene sacudiendo el mercado desde la semana pasada, Macri encabezó en el Salón Eva Perón la clásica reunión con sus ministros: dio un discurso corto pero enfático ante la atenta mirada de los funcionarios.
“Hubo un respaldo a Sturzenegger (presidente del Banco Central) y la política monetaria. Hay factores internacionales que explican la suba. Todos lo escucharon callados”, contó una fuente gubernamental consultada que rechazó que durante el cónclave hayan existido pases de facturas entre funcionarios. “Reafirmó el rumbo económico: que es un proyecto a largo plazo al que no estamos acostumbrados. Es como una película, algunas fotos pueden mostrar alguna tragedia, pero a largo plazo hay un rumbo. No hay dudas y Sturze hace lo que le dice Macri”, se sinceró.
No obstante, la fuente admitió que el aumento del billete verde “genera preocupación. Se va esperar a la semana próxima a ver si se tranquilizan los mercados. En privado, muchos actores de lo público y lo privado consideran que tiene que estar en $25, así que por ahora se lo ha dejado flotar. El tema es el riesgo del traslado a precios”.
Un ministro que estuvo con Macri horas después de la reunión de Gabinete, expresó que observó al presidente “sereno y firme” en la defensa del modelo. Pero consultado por la escalada del billete verde, lo atribuyó “a un tema cultural”. Cuando se le hizo notar que la corrida era causada por el mercado financiero, insistió en que “es cultural. Confiamos en Sturzenegger, que es el ‘Terminator’ que tenemos en la economía”. El chascarrillo no apuntaba al supuesto poder destructivo del funcionario, sino a su resistencia a golpes y presiones. “Es metódico. No creo que lo del dólar se traslade precios”, conjeturó con lo que pareciese demasiado optimismo.
Por la tarde el jefe de Estado mantuvo reuniones de seguimiento con los ministerios de Medio Ambiente, de Sergio Bergman, e Interior y Obras Públicas, con Rogelio Frigerio y un nutrido grupo de secretarios que incluyó la visita del senador riojano Julio Martínez y el diputado de la CC Juan Manuel López.
Justamente el legislador porteño arribó a las 16.30 al palacio de gobierno con su jefa política y cofundadora de Cambiemos, “Lilita” Carrió. Apenas conocida su presencia, arrecieron los rumores de un encuentro de último momento para pedir explicaciones al equipo económico. Los voceros lo negaron rápidamente.
En verdad, Carrió estuvo reunida con un “hijo dilecto” hoy funcionario de Jefatura: Fernando Sánchez, secretario de Fortalecimiento Institucional con quien compartió en el Salón Norte las vivencias de su reciente estadía en Washington donde mantuvo agenda en la OEA y otros organismos.
En un momento se pensó que también compartió mesa con “la voz económica” de Marcos Peña en Jefatura de Gabinete, el economista Vladimir Werning, a quien se vio por esa zona del primer piso. Pero el mismo Sánchez lo negó y admitió que luego sí la dirigente visitó la oficina de Fulvio Pompeo, secretario de Asuntos Estratégicos -“el canciller paralelo”, según una chicana conocida en los pasillos del poder- y previamente había estado en el Palacio de Hacienda donde dialogó con el titular de Energía, Juan José Aranguren. “Quedó satisfecha con esa reunión”, dijo Sánchez.
Con todo, antes de abandonar Balcarce 50 Carrió ofreció una improvisada rueda de prensa en el Patio de las Palmeras. “Es un día con gestos y ese gesto es que estoy en la Casa Rosada. Quiero llevar tranquilidad a toda la Argentina”, explicó la titular de la CC.
Consultada sobre la disparada de la moneda norteamericana, Carrió dijo que “esto de si sube el dólar... Nos tenemos que acostumbrar a estas fluctuaciones, esto no tendría por qué alterar lo interno. Esto pasa en todo el mundo como producto de la política de (Donald) Trump. Hay una guerra comercial internacional”.
Acerca de los aumentos tarifarios, la diputada indicó que el plan de quita de subsidios es “correcto”. Coincidió en un eventual veto presidencial si llegara a aprobarse el proyecto de ley que motoriza la oposición para reducir las facturas pero se mostró esperanzada en frenar su avance en el recinto. “Vamos a frenar el proyecto. Vamos a ver si se aprueba el proyecto de la oposición”, cerró.
En paralelo, en Interior dialogan con los gobernadores para que éstos puedan influir en los legisladores que representan a las provincias y ante la amenaza de que la iniciativa desfinancie las arcas públicas. No obstante, admiten que podrían aceptar cambios en la estrategia oficial “en pos de una solución consensuada”.
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