Sergio Massa redondeó una victoria que parecía imposible: con un gobierno debilitado por las internas, el contexto económico y la ausencia de liderazgo presidencial, el candidato de Unión por la Patria sumó más de 3 millones de votos a su cosecha de las PASO y terminó en el primer lugar con 37%, a 7 puntos de distancia de Javier Milei. De manera impensable, ahora encara la campaña hacia el ballotage como el favorito, mientras el libertario debe reorientar su mensaje, su estrategia y sus alianzas.

¿Cómo pudo imponerse Massa cuando todas las condiciones objetivas estaban en contra del oficialismo? Podemos arrojar algunas posibles respuestas. En primer lugar, es evidente que en las primarias hubo muchos votantes peronistas que, enojados con el rumbo general de las cosas, se quedaron en su casa y le enviaron un mensaje de descontento al gobierno, pero, en las elecciones generales, participaron masivamente en apoyo de UxP. En segundo orden, es probable que los errores no forzados de la campaña de Milei -como el proyecto de renuncia voluntaria a la paternidad y la amenaza de ruptura con el Vaticano- hayan despertado el miedo en un segmento del electorado, temor que fue eficazmente capitalizado por Massa. En tercer lugar, como si hubiera quedado atrapada en la interna hostil de Juntos, Patricia Bullrich nunca encontró el tono de la campaña y no logró retener todo el voto de Horacio Rodríguez Larreta, parte del cual puede haber migrado hacia Massa.

Consolidando el voto propio y creciendo en los márgenes ante el error de sus adversarios, el peronismo parece haber consolidado un triunfo que, dado el contexto, tiene ribetes épicos. UxP mejoró su performance en comparación con las PASO en todo el país, pero fue especialmente significativa la mejor en la provincia de Buenos Aires y en las provincias del Norte.

Massa anticipó, en la noche del domingo, su estrategia hacia el ballotage: discurso de unidad nacional, giro hacia el centro para buscar los votantes moderados y agenda de seguridad, orden y producción (un recetario de propuestas alejado del imaginario kirchnerista más duro). De acceder, es probable que Massa intente evitar el internismo crónico del Frente de Todos y procure dar impulso a un nuevo ciclo hegemónico en el peronismo, con él a la cabeza y no ya con Cristina como centro de gravedad.

Milei parece haberse quedado sin brújula ante una performance que estuvo por debajo de las expectativas, a pesar de que el 30% es un excelente desempeño para un candidato outsider del sistema político. En la noche del domingo, el libertario dejó de lado el discurso anticasta para abrazar la retórica antikirchnerista, en un intento por interpelar al electorado cambiemita. La primera sensación es que con este nuevo posicionamiento Milei pierde sus características distintivas (ser un candidato anti-sistema y rupturista), repitiendo un mensaje -el del anti-cristinismo- que llevó a Bullrich a la derrota y que dice poco sobre el estado actual del sistema político argentino, sobre el que Cristina tiene cada vez menos gravitación.

Por último, Juntos redondeó una elección decepcionante. Teniendo todo a su favor para llegar a la presidencia, se encrespó en una interna eterna que dañó a halcones y palomas y deja a la coalición al borde de la implosión. Ahora o en diciembre, es altamente probable que el espacio se quiebre. En las próximas semanas, el espacio enfrentará las fuerzas centrífugas que llevan a Macri y los miembros más duros del Pro a apoyar a Milei y a los radicales a respaldar a Massa.

En definitiva, con independencia de quien gane el ballotage, la política argentina empezó a transformarse significativamente a partir del último domingo. Las urnas definieron un sistema político más fragmentado; sepultaron el viejo bicolicionismo que organizó la política los últimos años; y alumbraron nuevos liderazgos. Con Cristina Kirchner y Mauricio Macri ocupando un rol cada vez más secundario, comienza una nueva etapa de poder en Argentina.

Aparecen en esta nota:

Contacto

Registro ISSN - Propiedad Intelectual: Nº: RL-2025-11499155-APN-DNDA#MJ - Domicilio Legal: Intendente Beguiristain 146 - Sarandí (1872) - Buenos Aires - Argentina Teléfono/Fax: (+5411) 4204-3161/9513 - [email protected]

Edición Nro. 15739

 

Dirección

Propietario: Man Press S.A. - Director: Francisco Nicolás Fascetto © 2017 Copyright Diario Popular - Todos los derechos reservados