Chávez sostiene que encarnar a Perotti fue un desafío porque su vida no tiene nada que ver con su personaje.
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“Aceptar hacer el Puntero fue algo muy pero muy riesgoso”
El actor sostiene que para
él la política era un mundo
totalmente ajeno y por ello
considera un gran desafío
encarnar a Perotti en cada capítulo del unitario de El
Trece. Un intérprete que hace
de la autoexigencia un culto.
Karim Gonzalez
Su trabajo en El Puntero es considerado uno de los más destacados de este año televisivo. Tratándose de Julio Chávez, sin lugar a dudas, ese miramiento parece ser un hecho habitual. Sin embargo, al frente de Pablo Aldo El Gitano Perotti, un puntero político que se hace escuchar cada miércoles a las 23 por El Trece, este eximio actor se muestra en parte sorprendido de tamaña repercusión y agradecido a la oportunidad de involucrarse en un submundo desconocido para él. “El Puntero fue algo muy riesgoso, es muy riesgoso. Yo estoy muy contento de hacerlo, estoy muy agradecido, estoy aprendiendo mucho, además del éxito que tiene el programa que podría haber sido así y uno no estar contento”, explica Chávez mientras se replantea sus retos laborales. “El Puntero es otro desafío. A veces pienso, ¿por qué no tengo un año tranquilo? No de trabajo, pero sí de tanta exigencia. Se ve que hay algo de mi naturaleza que es así. Y está bien”, dice el hombre que viene de probarse en los terrenos de la comedia musical en la puesta teatral Sweeney Tood, la que le valió el último premio ACE. “Yo soy muy poco repetitivo con las cosas que he hecho, las abandono naturalmente y me hago cargo de las cosas que hago en la actualidad. Las hago y es casi que me olvido. Es algo particular”, analiza nuevamente quien ya se prepara para retornar a las tablas con la pieza La Cabra durante 2012.
“Construyendo una ficción” De la mano de Rodrigo de la Serna, Gabriela Toscano y Luis Luque, Julio Chávez transita cada escena de El Puntero de manera tan creíble y verosímil, que parece imposible no confrontarlo con situaciones de nuestra realidad. Aunque consciente de las similitudes, él lo niega. “Estoy construyendo una ficción”, asegura. “Ahora, dentro de los elementos con los que se construye esa ficción supongo que hay elementos afines a lo que tiene que ver con algunas realidades. En ese sentido estoy mucho menos ignorante que antes. De todas maneras, lejos es mi intención en cada toma que hago, suponer que estoy construyendo un hecho casi documental. Lo hago porque es un hecho ficcionado”, sostiene este intérprete que ahora luce pelo hasta los hombros y barba tupida. “Tengo extensiones en el pelo y la barba, sin tintura es blanca, soy un farsante”, se ríe. -Yo nunca entendí ni dejé de entender porque verdaderamente para mí era un mundo bastante ajeno. De todas maneras, yo no puedo comprometerme a darme por entendido porque no estoy haciendo ningún hecho real. Más allá de descubrir algo sobre todo yo he leído varios libros que ameritaba y obligaba el proyecto. Libros de Auyero, de Feinman, sobre el clientelismo, muchos libros de política, simplemente para empezar a desandarme un poquito acerca de varios aspectos que tiene la realidad y que podía llegar a alimentar mi imaginario. De todas maneras, los mismos libros de clientelismo, para mi gusto los serios, advierten que no hay un puntero, que no hay una manera de ser un puntero. Puedo decir que en las escenas estoy alimentado por un alimento que tiene que ver, entre otras cosas, con la lectura que me ayuda a seguir construyendo una ficción. Pero en ningún momento defendería ninguna escena diciendo: “En la vida esto pasa”. Eso jamás.Lejos de los escándalos
Rara avis en una televisión que se nutre de escándalos y que siempre encuentra nuevas figuras para alimentar la hoguera de las vanidades, Chávez dice estar ajeno a ese mundo de acusaciones, griteríos y hasta demandas judiciales. Así que, lejos de horrorizarse por los escándalos mediáticos de la televisión, propone más productos como el suyo. “Habrá que pelear más para hacer otras cosas. Igual, yo no veo televisión, no por falta de interés sino porque no tengo tiempo. No estoy muy enterado de cada pelea de la tele. Apuesto a la buena ficción”, resume.