Con la primera semana de frío fuerte se activó la pesca desde los muelles y aunque falta para que llegue a su mejor momento, ya es factible lograr una cuotita de pejes, entre lachas, chafas y sardinas.
La pesca de pejerreyes en los muelles del Paraná Guazú reúne las tres condiciones de toda pesca “Popular”: cerca, de costa y barato. Por eso este tipo de pesca resulta tan practicada en los meses que van de junio a  n de agosto, tiempo en que los cardúmenes de  echas de plata -que este año tardaron en llegar en virtud de la ausencia de frío- comenzarán a retornar a las aguas salobres del Plata.

Esta primera visita a un pesquero del Guazú la hicimos al recreo Keidel, a última hora del pasado viernes, aprovechando los rayos del ocaso. Se llega al mismo desde Buenos Aires tomando desvío a la derecha justo antes de pasar el segundo puente de Zárate-Brazo Largo, y luego pasando por debajo de la ruta hacia la izquierda. Siguiendo los carteles, por camino a rmado aunque algo poceado, llegaremos al recreo recostado sobre el cruce del Talavera con el Guazú, tras sortear unos pocos Km. Nuestra llegada, a la hora en que muchos aficionados comenzaban a guardar sus implementos, nos permitió constatar las cosechas del día de varios a cionados que se encontraban fileteando pejes, que habían obtenido a un promedio de 8 a 10 piezas en las buenas cañas y sólo 2 o 3 entre los aficionados menos avezados en esta pesca de piques rápidos.

En nuestro caso, armamos equipos de 4 metros usando caña Sojurn 4,25 de Shimano y líneas de cuatro boyas tipo chupetonas chicas rematadas con puntero impulsor, o bien las tradicionales boyitas pequeñas yo-yo, en color flúo amarillo para su mejor visualización con poca luz. El primer pique del día fue una sardina grande. Acto seguido, se nos dio una buena lacha.

Como se dijo, esta pesca se hace caminando. En nuestro caso, pudimos quedarnos retenidos más tiempo en la punta dado que no había a cionados practicando la pesca en ese sector del muelle. Ante mayor convocatoria de a cionados, hay que recordar realizar la tradicional “rotación”: es decir, trabajar la línea en forma perpendicular al muelle pero cuando llegamos a la punta dejar derivar un poco sólo hasta que otro a cionado llegue a nuestra posición, en donde será de caballeros recoger nuestro aparejo, caminar hacia atrás hasta pasar el último pescador y volver a arrojar líneas al agua.

Esta pesca parece sencilla pero requiere trabajo: hay que usar equipos adecuados y las carnadas deben estar perfectamente presentadas. Mojarras desacomodadas serán sinónimo de yerros en las clavadas. Asimismo, si vemos que a cionados pescan a 30 cm, debemos llevar las brazoladas a ese rango, o acortar si el pique se da a sólo diez centrímetros.

El multi filamento (en nuestro caso usamos Power Pro en diámetros inferiores al 0,20) hace que la transmisión de energía en la clavada sea muy efectiva. Y tratándose de una pesca mayormente a poca distancia, no hace falta más que un golpe tipo gatillo para clavar la pieza. Volviendo a nuestra pesca,  nalmente logramos tres capturas de pejerrey en tamaños que oscilaron entre 22 y 26 cm, sumando luego un chafalote de pequeño porte. Así las cosas, tuvimos una primera aproximación a la pesca del Guazú, que está llegando para quedarse. Ya sin luz natural, en Keidel se encendieron las luces arti ciales y prolongamos nuestra diversión una horita más.

Recreo Keidel: informes al tel. 0348715470576.

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