Capturaron a cabecillas de 16 y 17 años de banda que asaltaba a conductores y repartidores

El exitoso procedimiento se dio en medio de una clara lucha contra la inseguridad que azota a los vecinos y que los priva de trabajar y vivir en paz. Cabe destacar que semanas atrás ya habían aprehendido a otro par de hampones que bajo el mismo modus operandi cometían asaltos similares aunque en otra parte de la ciudad, como así también en los alrededores de Florencio Varela y Berazategui. Lamentablemente, otro grupo comando siguió operando pero ya fueron desbaratados.

Todo comenzó en las últimas horas, cuando la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) número 2 del Departamento Judicial de Quilmes ordenó siete allanamientos en diversos domicilios que fueron identificados como las viviendas de los delincuentes o los lugares en los que se escondían. La mayoría de ellos estaban ubicados en el barrio IAPI y los agentes se encontraban en plena búsqueda de una banda dedicada a robar automotores a choferes de empresas digitales o directamente a repartidores de aplicaciones móviles.

En sintonía, al allanar los puntos mencionados, lograron capturar a dos malvivientes de 16 y 17 años, que eran los líderes de este grupo criminal y que intentaron escaparse de la escena al ver a los agentes. Cabe destacar que las detenciones fueron llevadas a cabo por agentes de la Comisaría Séptima de Santa María, en conjunto con uniformados de las Fuerzas Barriales de Aproximación (FBA), la Unidad de Prevención de la Policía Local (UPPL) y el Grupo Táctico Operativo (GTO).

Así las cosas, recuperaron pertenencias de las víctimas y quedaron a disposición de la Justicia para ser devueltas en las próximas horas. Además, un tercer delincuente llegó a fugarse al notar la presencia de los policías y estuvo desaparecido del radar durante varias horas. Sin embargo, los agentes no habían terminado con sus tareas de rastrillaje y lo divisaron en el mismo barrio. Este se metió en una vivienda, quiso correr por los techos, pero fue rápidamente atrapado y trasladado con los otros ladrones menores de edad.

Estos llamaban a través de las aplicaciones a sus víctimas. Se hacían pasar por clientes y, una vez que estos estaban en el punto de encuentro, les quitaban sus motos o autos, además de teléfonos celulares, billeteras, comida y todo lo que encontraran por el camino. No obstante, quedaron registrados en las filmaciones de vigilancia y sus movimientos estaban captados de manera detallada, por lo que su violenta aventura tuvo un inmediato final.