A través de las redes sociales, anunció que iría con un arma de fuego al establecimiento y dispararía contra sus compañeros. Finalmente no asistió, los padres de estudiantes de distintos cursos no enviaron sus hijos y las autoridades dispusieron medidas de seguridad en el ingreso.
La comunidad educativa quilmeña se encuentra conmocionada luego de que un alumno del nivel secundario del colegio Nuestra Señora de Fátima amenazó a través de redes sociales con ir con un arma de fuego al establecimiento y disparar contra todos sus compañeros, motivo por el cual los padres de los adolescentes de distintos cursos, incluidos los de primaria, decidieron no enviar a sus hijos a clases, mientras que piden sanciones inmediatas contra el agresor.
Se trata de un episodio que enciende todas las alarmas, ya que nadie lo tomó como una simple broma del jovencito, debido a una seguidilla de hechos similares que vienen ocurriendo en la Provincia de Buenos Aires. Es importante resaltar que en el último tiempo, en una institución de Florencio Varela y en otra de Berazategui tuvieron que intervenir las fuerzas policiales al conocerse que había chicos armados dentro de los respectivos edificios.
Pero esta vez fue muy distinto ya que el agresor no llegó a asistir al lugar. Se dio durante el fin de semana, cuando subió una foto a redes sociales en la cual se lo podía observar portando lo que parecía un revólver. Sin embargo, lo que más asustó a las familias involucradas y a los propios adolescentes es que en el desarrollo de la imagen indicó que iría al colegio y dispararía contra todos sin importarle nada.
El establecimiento en cuestión es el colegio parroquial Nuestra Señora de Fátima, situado sobre la avenida Triunvirato y el cruce con Condarco, dependiente de la Diócesis de Quilmes, motivo por el cual las autoridades institucionales se vieron obligadas a informar al Obispado. También hicieron lo propio con la inspección, la cúpula policial quilmeña y los agentes municipales del área educativa.
Lo cierto es que reforzaron la entrada y la salida a las clases con móviles de la Patrulla Urbana y decidieron no suspender las clases. Esto es algo de lo que se quejaron los padres de los alumnos del nivel secundario como así también los del primario, motivo por el cual la asistencia fue muy baja. También sostuvieron que el agresor tiene prohibido el ingreso al establecimiento, aunque no apareció el lunes.
Como era de esperar, organizaron una reunión con la familia del chico para conocer el contexto y trabajar para llegar a una solución lo más rápido posible, que es lo que está exigiendo la comunidad educativa. No dieron precisiones respecto a si atraviesa un cuadro de depresión y cuidaron su identidad por ser menor de edad.
Por el momento, los padres de los otros alumnos indicaron que no enviarán a sus hijos al colegio hasta que las autoridades los citen a hablar y sepan que el edificio vuelve a ser un lugar seguro tanto para ellos, como para los docentes y el personal auxiliar, que están dentro de los amenazados.
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