La sustracción ocurrió cuando había ido a una clase de baile de tango, para recuperarse de un ACV. Le cortaron la cadena y le rompieron la cadena con la que la había dejado en el ingreso al lugar.
Delincuentes le sustrajeron la bicicleta a un jubilado, quien pide de manera desesperada que se la devuelvan, ya que no se trata del valor económico, sino de lo que representa a nivel afectivo debido a que le pertenecía a su padre y la misma fue pasando de generación en generación, mientras que todo ocurrió cuando él estaba en clases de tango, a donde acude para recuperarse de un ACV sufrido.
Se trata de un hecho particular y que supera la ira producida por un simple robo. Esto se debe a que tocaron un objeto que no tiene poder de reventa y que al damnificado le hacía recordar a un ser tan especial como lo fue su papá. Es por ello que necesita encontrarla y tanto él como su familia piden clemencia al respecto. Temen que puedan publicarla en plataformas digitales como Marketplace y allí deberán estar atentos para no perder la oportunidad de denunciarlo y así dar con los responsables del ilícito.
Ocurrió en Quilmes Oeste, en la intersección de la Avenida 12 de Octubre y Urquiza, adonde el hombre de 77 años acude todas las semanas a tomar sus clases de baile de tango. Esta actividad la comenzó a realizar por pedido de los profesionales médicos, tras sufrir un accidente cerebrovascular del cual se salvó de milagro. En sintonía, al lugar en el cual se encuentra el estudio, siempre va pedaleando.
Al llegar, la dejó atada con candado en la puerta y se desligó. Lamentablemente, al retornar finalizada la jornada, vio que la misma no estaba y que malvivientes cortaron la cadena y se llevaron su preciado rodado que tanto tiempo lo acompañó. Si bien nunca había tenido problemas, dejándola allí, esta vez sí ocurrieron y lo pagó caro. Para colmo, se dio en una zona que no deja de ser transitada por un solo segundo.
Es por dicho motivo que Verónica, su hija, publicó el caso y pidió que la regresen a su dueño. Según explicó, “es una bicicleta que usaba mi abuelo, su padre, y tiene un valor afectivo importantísimo para la familia". La misma es de color rojo y tiene un canasto naranja en la parte trasera. Por lógicos motivos, está un poco despintada y no puede tener un precio alto en el mercado.
Quien la divise en la calle o la encuentre en las plataformas digitales, puede contactarse a su propio número 11-3305-2095 para brindarle la información y así poder lograr que vuelva a las manos de su respectivo dueño.
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