En el nombre de María es un espectáculo gestado por un grupo de jóvenes talentosas de la región que combina danza y teatro para tratar de lograr que cada persona que la vea se sienta identificada con algún episodio de su vida o el de alguna mujer cercana.
La obra se estrenará este sábado a las 21 en Espacio 1 Originarte de Quilmes, ubicado en la calle Paso 37 entre Yrigoyen y las vías.
Las protagonistas son María Amor, María Ser, María Paz y María Pasión o Noella Negrete, Agustina Luque, Cristina Prada y Glenda Ghetti, quien también es la directora del espectáculo.
Además, cuenta con Rodrigo Gramajo como asistente de dirección y única mirada masculina del show antes de su debut.
“Tenía la inquietud de construir una obra de mujeres de áreas diferentes para que de ese cruce saliera algo rico. Hoy no se sabe donde empieza y termina lo plástico, lo dramático y lo dancístico. Eso habla de que se amalgamaron”, expresó Glenda a El Quilmeño, ya que ella es coreógrafa y con amplia formación artística, mientras que Noella se luce como bailarina, Cristina como actriz y Agustina en el rol de artista plástica.
Al hablar de ese proceso de improvisación que comenzó en diciembre pasado, todas coinciden en que fue “muy intenso”. “Pasamos por nuestra infancia, nuestros recuerdos y reconocernos. Fue algo mágico y, cuando vimos el guión, fueron encastrando las piezas perfectamente”, resaltó Cristina, quien, con la sonrisa a flor de piel, dijo haber tenido el desafío más grande porque “me encontré con los pies anudados y tuve que aprender a bailar”.
Sobre la obra, Glenda expresó: “No es tan literal, pero el tema es la construcción de la femineidad. Vamos a hablar de cómo solemos ser las mujeres, en qué lugares comunes nos encontramos en la vida social. Y desde la calle, el shopping, la escuela, la casa o las amigas, les vamos a contar cosas”.
A su vez, Noella, la bailarina clásica que reconoce que “esta es la primera vez que hablo arriba del escenario”, explicó que “la idea es que el público logre reconocerse, redefinirse o irse con alguna inquietud”.
“No creo que haya mujer que no se sienta identificada y hombre que no vea una mujer que pasó por su vida”, sentenció Cristina.
Por su parte, Rodrigo, la primera lectura masculina del espectáculo, valoró: “Cuando llegué me encontré con algo que no quedaba en la forma, sino que tenía un contenido muy fuerte e identidad propia”.
“Si el proyecto nace en la cabeza de otra persona, cuesta aportar ideas porque es difícil dejar que otro críe a tu hijo. Pero se mostraron muy permeables y crecimos en conjunto”, insistió.
En tanto, Agustina, quien confesó que “al venir de la plástica, es mi primera actuación y es algo muy intenso en el buen sentido”, se encarga de los detalles visuales. A tal punto, que una de las escenas se plantea a partir de un cuadro suyo.
“Saqué las ideas de los estereotipos de mujer. Hay que vestirlas como mujeres y poner esas imágenes como la mujer entre comillas, como arquetipos. No pueden sentarse con las piernas abiertas, entonces las ponemos con las piernas juntas”, relató sobre su estilo.
Por último, Glenda destacó: “Nos encantaría que la obra la vea gente de distintos estratos sociales, porque las imágenes son para que la entiendan todos. No importa si tenés 12 o 70 años. Si vivís en un lugar humilde o en un country”.