Si bien los presuntos responsables están detenidos, los manifestantes -igualmente- cortaron el tránsito en ambos sentidos y quemaron gomas para que el crimen no quede impune.
En la mira de la Justicia continúa el propietario de la disco, quien se encuentra detenido y está acusado de ser el autor material del disparo que acabó con la vida del joven. En las últimas horas se conoció que los quince patovicas del boliche recuperaron la libertad pero fueron imputados en la causa por encubrimiento.
Asimismo, se supo que el dueño del boliche, Gustavo Adrián Vallejos, se declaró inocente ante el fiscal de Quilmes, Ariel Rivas, por el delito de homicidio y portación ilegal de arma de guerra.
Páez falleció tras recibir un disparo en el tórax, pero luego se comprobó que también había recibido una herida de arma blanca, durante una pelea en la puerta del local nocturno, al que quiso reingresar luego de haber sido sacado por el personal de seguridad.
Los propietarios de esa zona de Bernal acompañaron a la familia Páez en el reclamo para que cierren el boliche, ya que se registraban constantemente hechos de violencia y vandalismo, así como también delictivos, que afectaban directamente a los vecinos.
En diálogo con El Quilmeño, Claudia D'Abreu -que vive sobre la calle Liniers- explicó: "El boliche abre viernes, sábado y domingo. Esos días teníamos que soportar desde robos hasta roturas en las casas y autos, porque se armaban verdaderas batallas campales y siempre algún piedrazo nos ligábamos".
En la misma línea, D'Breu señaló que "no se puede salir a la calle hasta las 10 de la mañana porque está lleno de bandas, que si te ven caminando por la calle te roban o te golpean". "Se divierten así, robando o rompiendo cosas", añadió la vecina.
Al cierre de esta edición, los vecinos continuaban con la manifestación en la puerta del boliche L'Zero, donde se vivían momentos de nerviosismo y dolor por el sangriento crimen de Diego Páez.