Muchas veces escuchamos a algún conocido que vive solo decirnos: “Yo me hago cualquier cosa, no me dan ganas de ponerme a cocinar algo para mí” o “me aburre”. Y claro, incentiva mucho más ponerse a cocinar para otros que para uno mismo porque la comida es un hecho social que se hace para ofrecer a los demás y sentir la satisfacción de que nos digan que les gustó lo que les preparamos.
Pero al mismo tiempo, son cada vez más las personas que quieren comer bien y rico, sin tener que recurrir al delivery o a las viandas de la mamá o de la abuela. “Cocinar es una forma de cuidar y de cuidarse. Si estás solo en casa, reemplazá tu tostada-con-queso-y-a-la-cama por una cena rica. Y si estás con alguien, sorpréndelo con un plato tentador”, dice Ximena Sáenz en el prólogo de su nuevo su libro “Apuntes de cocina. Para uno, para dos y para más”, sintetizando así el espíritu de su recetario.
Conocida por su participación en “Cocineros argentinos”, programa de la televisión pública que ya va por su novena temporada, Ximena -que ya tenía publicado “La hora del té”, de Periplo Ediciones- considera que la manera de cocinar cambió y eso fue lo que quiso plasmar en su libro: “La cocina de la casa cambió, los libros de cocina apuntan casi siempre a 6 o 4 personas, y las casas no responden tanto a ese modelo. Y después me di cuenta que no era sólo para la gente joven porque hay un montón de gente de diferentes edades que vive sola, por ejemplo, mi mamá que ahora está sola porque mi papá falleció, o señores que se divorciaron, que nunca en su vida cocinaron y que ahora les toca vivir solos”.
Algunas de sus propuestas para quienes viven solos son: omelette de hongos, espárragos gratinados, salteado mediterráneo, pescadito a la sartén, hamburguesas de quinoa, berenjenas a la italiana, entre muchas otras. Para quienes viven en pareja o solos pero invitan a alguien: pollo a la sal, lasagna de pan y vegetales, canelones de brócoli, albóndigas picantes, salteado de cerdo, etc. Y para más de dos personas, hay platos tentadores como tortilla de papas, bondiola braseada, guiso de carne, fideos caseros, pollo al horno, pizza sin amasado, ribs a la barbacoa, y muchas más.
“Los mismos ingredientes te van llevando, porque si hacés una bondiola seguro que no es para una sola persona, y si hacés una suprema de pollo, es ideal para una porción”.
No estamos acostumbrados a encontrar placer en cocinar para nosotros mismos porque casi siempre lo hacemos como un acto cuyo objetivo final es compartir con otros. De ahí la frase “servir la mesa”, que implica ofrecer o convidar. Pero hoy en día, con la disponibilidad de productos gastronómicos muy diversos, y con recetas de todo el mundo al alcance de un click en cualquier Smartphone, la tentación de comer algo especial empieza a superar a la tostada-con-queso-y-a-la-cama.
Por eso mismo, Ximena Sáenz quiso brindar un recetario con muchos detalles, para que quien pone las manos en la cocina por primera vez, sepa cómo hacerlo sin falla en el intento: “A mí me gustan mucho los libros de cocina y tengo algunos libros favoritos en inglés. Muchos tienen pocas fotos y tienen explicaciones larguísimas pero muy detalladas. Yo no quería hacer explicaciones larguísimas, porque me parecía que no las iba a leer nadie, pero sí esos libros me enseñaron que esos pequeños detalles visuales ayudan al que no sabe cocinar o al que encara una receta por primera vez. Yo sé cocinar, pero por ejemplo, el libro “Zuni Café”, que es de un café de San Francisco, en los Estados Unidos, habla de un montón de recetas que yo no conozco porque nunca en mi vida escuché hablar entonces necesito muchos detalles porque no sé bien qué es lo que tengo que hacer y encima no tiene fotos el libro, y está tan bien explicado que quise, en muchos menos caracteres porque no quería abrumar con texto, tratar de lograr esos detalles”, explica.
Como ejemplo, en cada receta se indica la medida en gramos o centímetros cúbicos de cada ingrediente y, a su vez, una medida alternativa en taza, pocillo, cucharada, etc.
Vivir solo y cocinar va dejando de ser una contradicción para convertirse en un hábito que tiene que ver, no sólo con cuidar la salud, sino con disfrutar de uno de los mayores placeres de la vida como deleitarse con una rica comida. “Una buena comida puede convertir momentos comunes en gloriosos”, sentencia Ximena, con la pasión que la caracteriza. En la receta de la humita con salteado de carne, el secreto es no revolver la carne antes de que cambie de color por arriba para que no quede hervida. La humita es ideal para preparar en cantidad y conservar en el freezer. Lo mejor es separarla en porciones antes de congelarla. “Al momento de comerla, cocinala directo en el microondas o en una olla con un poco más de leche o agua”, aconseja Ximena.
Ingredientes:
Para la humita en olla: 1 cebolla, 1/2 morrón, 2 cebollas de verdeo, 2 cucharadas de aceite de oliva, 6 choclos, 1 cdta de orégano seco, 1/2 cdta de ají molido, 1/4 cdta de canela en polvo, sal y pimienta a gusto, 200 cc de leche, 200 g de queso cremoso. Para la carne salteada; 2 cdas de aceite de oliva, 300 g de carne de cuadril, perejil, c/n, 1/2 limón, 1 diente de ajo, 1 cdta de pimentón dulce, 1/2 cdta de ají molido, sal y pimienta a gusto.
Preparación: Picar la cebolla, el morrón y la parte blanca de las cebollas (reservar la parte verde). Calentar una olla y verter el aceite. Agregar la cebolla, el morrón y el verdeo. Salpimentar, bajar el fuego y cocinar 10 ‘. Rallar los choclos crudos. Con verduras blandas y levemente doradas, incorporar el choclo, los condimentos y la leche. Cocinar a fuego bajo por unos 15’. Apagar el fuego y agregar el queso cremoso en cubos. En una sartén con aceite, dorar a fuego fuerte la carne cortada en tiritas. Agregar el perejil picado, la ralladura de limón, el ajo rallado, los condimentos y la parte verde del verdeo picada. Por último, el jugo de limón. Remover y retirar. Servir la humita en cazuelas con la carne dorada por arriba.
Ingredientes:
1 paquete, 150 g de galletitas de vainilla, manteca 75g, 800 de queso crema, 275 de azúcar, 1 cdta de esencia de vainilla, 1 limón, 2 yemas, 1 huevo, 1 cda de almidón de maíz, 1 taza de crema de leche.
Preparación: Precalentar el horno, derretir la manteca y mezclarla con las galletitas trituradas. Enmantecar un molde de 24 cm (desmontable) y formar una base con las galletitas haciendo presión con una cuchara. Hornear por 10’. Retirar del horno Batir el queso con el azúcar, agregar la esencia, la ralladura, las yemas y el huevo. Integrar. Disolver el almidón de maíz con el jugo de limón. Incorporar el almidón diluido y la crema de leche sin batir a la mezcla de queso. Volcar la preparación sobre la base. Cocinar el cheesecake a temperatura baja por 80’. Dejarlo en el horno apagado por media hora para evitar que se agriete. Enfriar en la heladera, sumar rutas a elección.