Wawrinka confirmó su deserción este martes por problemas físicos. De esta forma, la mitad de los top ten no estarán. Antes se habían bajado Roger Federer, Milos Raonic, Tomas Berdych y Dominic Thiem, los últimos tres por temor al virus del Zika. Así, además de Novak Djokovic y Andy Murray, los grandes dominadores del tenis mundial en 2016, los únicos que se encuentran entre los primeros diez y asistirán a la cita olímpica son Kei Nishikori, Jo Wilfred Tsonga y Rafael Nadal. El español llegó a Río hace tres días. Pero su participación no está confirmada. Quiere jugar, pero arrastra una lesión que le impide llegar en condiciones.
LEA MÁS:
Con estas ausencias, Del Potro tiene una chance. Su tenis está sólido: aunque no es aquel que ganó US Open en 2009, tiene destellos de su derecha potente, firme, violenta. De hecho, semanas atrás, eliminó a Wawrinka en Wimbledon. Allí demostró que, cuando se lo propone, cuando su físico se lo permite, puede medirse de igual a igual con cualquier raqueta.
Hay dos variables a tener en cuenta. La primera es la gran incógnita que rodea a Del Potro desde hace tiempo: su físico. Que su muñeca responda a la exigencia más alta, a disputar partidos todos los días, es la gran duda. La segunda es el sorteo. Depende de en qué instancia se cruce con Djokovic o Murray. Si lo hace al principio, correrá con pocas chances de llegar lejos.
El tenis empezará el 6 de agosto. Y todavía se esperan más bajas: como no da puntos para el ranking ATP, varios tenistas piensan en no asistir. Así, las chances de Del Potro seguirán incrementándose.