El objetivo de cualquier rehabilitación, es que la persona adquiera autonomía, recupere las funciones dañadas por un traumatismo o una enfermedad en la medida de lo posible, y establecer mecanismos compensatorios para una adecuada funcionalidad e independencia.
Por eso, las herramientas que se utilizan en el camino pueden ser tan variadas como la gama de posibles causas, el alcance de las secuelas, y también las características de las personas afectadas y de sus familias y seres queridos; y los profesionales que se ocupan de la rehabilitación deben ser capaces de dar respuesta a cada una de esas circunstancias para lograr el mejor resultado.
”En rehabilitación no hay un paciente igual a otro”, explica la doctora Miriam Weinberg (MN 67.958), especialista en Medicina Física y Rehabilitación “porque además de la variedad de posibles causas de la pérdida de funcionalidad, cada persona es diferente, el impacto de la enfermedad es diferente en cada persona, y cada cual tiene un entorno propio”.
“Hoy en día, ha progresado la medicina dando respuesta a situaciones graves, y ha aumentado la expectativa de vida, por lo cual la complejidad de los casos de nuestros pacientes es cada vez mayor. Hoy los sistemas de atención domiciliaria han evolucionado y pueden absorber una caudal de pacientes que antes se internaban, quedando aquellos con más dificultades para la internación en rehabilitación. La mayor cantidad de casos se deben a ACV y accidentes de tránsito, generando distinto tipo de discapacidades”, destaca la especialista.
Explica además una tendencia creciente dentro de esta disciplina: ”Cada vez aumenta más la problemática de los pacientes que ingresan en rehabilitación. Hace 10 ó 15 años, por ejemplo, no había pacientes con traqueotomía, los pacientes con requerimiento de asistencia respiratoria compleja eran minoría en centros de rehabilitación”.
“La internación tiene siempre objetivos concretos -explica la especialista-. El fundamento de nuestro trabajo es que cada paciente pueda regresar a su casa, con su familia y a ocupar su lugar”. Los objetivos específicos del tratamiento “son fijados por el equipo terapéutico tras una evaluación interdisciplinaria, y en una primera entrevista con la familia se recaba información que nos da herramientas para el manejo integral del paciente dentro de la institución”, destaca.
La actitud que el paciente tenga puede llegar a ser decisiva: ”Si la persona no tiene deseo y ganas de rehabilitarse, es muy difícil lograr resultados, y por eso una clave de nuestro trabajo en ambos centros es el equipo psicosocial, quienes forman parte del equipo interdisciplinario: terapia ocupacional, kinesiología, fonoaudiología”.
A ese equipo permanente se agregan el servicio de coordinación formado por médicos internistas y los consultores externos en neurología, urología, psiquiatría e infectología. “Y los enfermeros, cuyo trabajo es imprescindible en cualquier proceso de rehabilitación”.
“Cuando ingresa un paciente tenemos una reunión con su familia o grupo de referencia junto al equipo psicosocial, recabamos datos históricos del paciente, sus gustos, sus actividades laborales, sociales y recreativas, y explicamos los objetivos de la internación en rehabilitación basándonos en la evaluación interdisciplinaria realizada”.
Esta tarea también se nutre de los resultados de la investigación permanente que se desarrolla en todo el mundo en áreas muy dinámicas, como las neurociencias. “Antes de incorporar una nueva técnica, nosotros debemos investigar y utilizar sólo aquella que tenga alguna evidencia científica que respalde sus resultados”, aclara la responsable médica.
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