Cómo monetizar mis dones y pasiones, esos talentos innatos que todos tenemos. Romina Atencio, coach y mentora de mujeres y parejas, se refiere al tema en este informe.
Como ya vimos el domingo pasado, todos tenemos dones y talentos innatos, que muchas veces no creemos que sean talentos, por el simple hecho de que socialmente no son vistos como tales. Por ejemplo: si de chiquita tenías una voz muy intensa y fuerte, por ahí recuerdes que en tu casa te decían gritona. Y seguramente no haya sido amorosamente. Seguramente haya sido con la indicación de que “NO GRITES”, “Que molesta”, “bajá la Voz”, “Siempre tan gritona”, y puedo seguir y seguir...
¿Sabías que los niños que son ruidosos suelen ser los más felices? E incluso, los más extrovertidos si los dejamos... Si dejaras salir esa voz que tienes seguro podrías ser cantante, locutora, o cualquier cosa que requiera el poder de tu voz. Pero no. En algún momento tu voz molestó y fuiste callada. Esto no es culpa de nadie. Somos así.
Yo misma soy madre y me encuentro muchas veces silenciando a mis hijos... pidiéndoles que bajen la voz... luego me doy cuenta. Pero no me culpo por eso. Si sos madre y lo hacés, no te culpes. Simplemente tratá de tomar consciencia hacia adelante.
Ir descubriendo los talentos va de la mano con aceptar que TODOS tenemos dones innatos, algunos más dormidos que otros. Esto te va a ayudar a entender que si te animás a pulir y monetizar esos Dones, habrás encontrado tu IKIGAI (término japonés que habla de esta integración perfecta entre dones, pasiones, servicios y dinero)
¡Es importante que estés en paz con la idea de monetizar tu talento! Para comenzar a indagar, te invito a que te hagas estas preguntas (Siempre en introspección... Frená, respirá, conectá con vos):
-¿Qué haría si tuviera todo el tiempo y el dinero del mundo?
-¿Qué me hace perder la noción del tiempo?
-¿A qué me dedicaría si sólo me quedaran seis meses de vida?
Por otro lado, y en la misma línea, existen las situaciones maestras... Siempre en la vida hubo o hay alguna situación que nos dejó una enseñanza. Puede que sean las más tristes, puede que no. Puede que hayan sido situaciones de profundo enojo y frustración. Cada una tiene su sentido.
Romina Atencio
Acá la idea es que logrés conectar con esas “situaciones maestras”; es decir, de las cuales hayas aprendido algo, y que creas que el mundo puede verse beneficiado de tu experiencia. Van en la misma línea, porque suelen ser situaciones que ocurrieron para enseñarnos algo, pero las interpretamos como tragedias de las que no podemos salir.
Hace un año y medio, murió de cáncer mi hermana. Fue un proceso reconocer esa situación como maestra, pero realmente, te prometo que se puede y que cuando realmente lo lográs, te sentís tan plena. (Si estás pasando por alguna situación de la que no estés pudiendo salir, hablemos, puede que sea la llave a tu propósito de vida):
-¿Cuáles fueron las situaciones más tristes que viviste en tu vida?
-¿Qué aprendiste de ellas?
Luego de haber completado los pasos anteriores, te invito a conectar con tu futuro. Imaginá en esta etapa, cómo sería una vida plena. Cómo sería una vida en la que hayas vivido en felicidad y abundancia. Imaginá que llegaste a vivir 100 años:
-¿Cómo te gustaría ser recordado?
-¿A quienes ayudaste?
-¿Cuáles fueron tus logros?
-¿Qué huella dejaste?
Espero haberte ayudado en la búsqueda de tu propósito. No dudes en contactarme para lo que necesites. Hasta el próximo domingo.