El "Programa de Seguimiento del Niño Prematuro", creado en 1986, busca prevenir o detectar tempranamente dificultades para iniciar los tratamientos necesarios.
Aunque muchas veces se intentar hacer lo imposible para que se produzca la llegada de un hijo, no siempre ocurre del modo soñado dado que algunos bebes nacen antes de tiempo y deben pasar sus primeros días de vida rodeados de cuidados intensivos en una terapia intensiva.
Las médicas neonatólogas doctoras Norma Aspres, Iris Schapira, Ana Galindo y Alicia Benítez, especialistas de la Maternidad Sardá de Buenos Aires, gestaron en 1986 el "Programa de Seguimiento del Niño Prematuro". Con el tiempo se sumaron otros especialistas como fonoaudiólogos, kinesiólogos, oftalmólogos, psicólogos y entre las psicopedagogas se encontró la licenciada Rachelle Zaid, como parte de un trabajo necesariamente interdisciplinario.
Aunque muchas ya se jubilaron, ellas no abandonaron el tema, continúan con actividades académicas vinculadas a la atención de estos niños y son creadoras y docentes de la diplomatura Aprender más del Niño Prematuro y sus Cuidados, dirigida a profesionales de distintas disciplinas como pediatras, neonatólogos, enfermeros, psicólogos, fonoaudiólogos, psicopedagogos, nutricionistas, kinesiólogos, neurólogos, etc. de Argentina y varios países de Latinoamérica.
En la Semana del Prematuro las especialistas explicaron los alcances de ese seguimiento que encararon hace más de un cuarto de siglo y la importancia de controlar el desarrollo de los bebés que nacen antes de término incluso hasta la adolescencia.
-Norma Aspres: Tradicionalmente, prematuro es todo niño que nace con menos de 37 semanas de gestación. Los que nacen con menos de 32 semanas son los que se llaman de “alto riesgo”. Años atrás se consideraban prematuros de alto riesgo a los que nacían con 1500 gramos de peso o menos, al nacer. En la actualidad, la definición se centra en la cantidad de semanas de gestación y no en el peso ya que puede haber un bebé nacido a término que tenga bajo peso por desnutrición.
-N.A.: Comenzamos el programa en el año 1986, con Iris Schapira y otras dos médicas de la Maternidad Sardá para controlar el desarrollo y el crecimiento de los bebés prematuros que nacían con menos de un kilo y medio de peso y continúa desde hace más de 30 años.
-Rachelle Zaid: En estos años la diferencia fundamental es que aumentó la sobrevida de los prematuros de forma llamativa. Quizás algunos no sobrevivían con determinado peso y ahora, sí, gracias a los adelantos en la unidad de cuidados intensivos, a la mejor recepción en la sala de partos y a la capacitación continua del personal. La tecnología está cada vez más avanzada, pero requiere de una permanente actualización del personal calificado, la monitorización de procesos asistenciales y la unificación de criterios en la atención neonatal.
-Iris Schapira: Es una actividad interdisciplinaria orientada en el crecimiento y desarrollo de los niños de riesgo en forma holística (biológica, psicológica y social), otorgando gran importancia a las interacciones entre el equipo de salud y la familia, evitando la fragmentación en la atención de los niños.
El programa tiene diversos objetivos: detectar a fin de prevenir y reducir los daños físicos, mentales y afectivos de los recién nacidos de riesgo y su familia, es decir, disminuir la morbimortalidad y poder revertir dichos déficits. La idea es que ese control se haga hasta los seis o siete años, hasta el inicio escolar para detectar inconvenientes como la lectoescritura, aunque lo ideal sería seguirlos hasta la adolescencia. Dentro de los desafíos que se presentan en Programas de esta índole, por ejemplo, si a los dos o tres años un pequeño tiene un retraso del lenguaje, se deriva a la psicopedagoga y/o a la fonoaudióloga y se trata el problema antes del ingreso escolar.
-N.A.: Lo normal es que un niño complete la maduración del sistema nervioso central dentro del útero. Al nacer tempranamente, ésta continúa afuera. Por eso en el programa se evalúa al niño en forma integral: peso, talla, oído, vista y la capacidad de aprender, los temas de cognición y desarrollo de la inteligencia.
Las áreas del desarrollo, como la psicomotriz, el lenguaje, la cognitiva y la socioemocional. En todas ellas la prematurez puede tener consecuencias. También depende de la edad gestacional, no es lo mismo un bebé que nace de 23 semanas que uno de 35.
-I.S.: Sí. El programa pretende continuar hasta el ingreso escolar, pero la bibliografía más reciente dice que hay que acompañarlos hasta la adolescencia, pues pueden presentar trastornos cardiovasculares, síndrome metabólico, obesidad y/o diabetes, son las llamadas “enfermedades no transmisibles” que pueden tener su origen en la prematurez.
-N.A.: Se les dan pautas a los papás para favorecer una mejor postura, que les hablen a fin de desarrollar el lenguaje, etc. Tenemos en cuenta que muchas familias no tenían acceso a medicina prepaga u obra social para completar el tratamiento con diversos profesionales (fonoaudiólogo, psicopedagoga, etc.), así que les dan pautas de crianza sencillas sobre cómo sostenerlo, hablarle, jugar y estimularlo.
-I.S.: A los dos años tienen comportamientos muy similares a los nacidos a término. Sin embargo, pueden aparecer más tardíamente problemas diversos, como en la adquisición de la lectoescritura.