El aislamiento prolongado obligó a cambios de conducta y al redescubrimiento de las parejas. La recuperación del deseo dependerá de la educación
Para la sexologa Sandra Lustgarten, la pandemia "exige un cambio de mentalidad y de conducta, frente a una realidad que se transformó y que hizo que las parejas tuvieran que descubrirse de otra manera, lo que implica todo un desafío". "Es que durante el encierro -agregó- aparecieron los aspectos más negativos de cada uno de los integrantes de las parejas, que no se manifestaban antes del aislamiento, porque antes no estaban juntos las 24 horas".
Por ello, continuó explicando, "las parejas están descubriéndose de otra manera lo que implica todo un desafío que solo una una sólida pareja podrá superar y llegar a la meta".
"El deseo fluctúa permanentemente según el estado anímico -explicó Lustgarten-. Por eso la depresión o la tristeza provoca apatía, inapetencia sexual o deseo hipoactivo". Frente a esa situación, que genera disfunciones sexuales en hombres y mujeres, la consulta al profesional es necesaria. "Uno de los consejos para quienes padecen estos problemas -señaló- es trabajar en la comunicación y en la educación sexual, para que ambos miembros de la pareja sepan y puedan manifestar sus necesidades en materia de estimulación, de conocer las zonas que más placer producen al ser estimuladas". "Se debe ahuyentar el miedo a compartir con la pareja que, con la cuarentena, se intensificó", finalizó.