Vicente tiene 8 años. Se traslada en silla de ruedas. Goza del amor de sus padres y atención médica. Pero fue víctima de discriminación en Las Cañitas.
Vicente tiene 7 años y requiere de una atención especial porque padece de una enfermedad que no le permite caminar, comer y hasta respirar sin asistencia. Sus padres y sus abuelos le brindan toda la asistencia médica y el amor que, de manera especial, necesita a partir de su primer mes de vida. Pero este sábado, Vicente recibió algo que nadie merece y menos un niño que se desplaza en silla de ruedas con la ayuda de una asistente terapéutica: discriminación.
Además de la asistencia profesional permanente y el amor incondicional de sus padres, Vicente tiene una abuela que lo adora y que además de verlo a diario, suele llevarlo a pasear y disfrutar del aire libre. Porque aunque Vicente no pueda caminar, ni comer como lo hace cualquier chico, siente, ríe y disfruta más que nadie de esos momentos.
¿Quién puede agredir a un niño? ¿Quién se animaría a herir a un chico en silla de ruedas, con una traqueotomía y una sonda naso-gástrica, asistido por una enfermera?
Aunque cueste creerlo, en el café Blanca, ubicado en la calle Soldado de la Independencia 1137 de la Ciudad de Buenos Aires, dos personas -el camarero y el encargado de ese local- fueron capaces de echar a Vicente y su enfermera y "justificar" esa incalificable acción.
Y no solo ello, maltrataron a su abuela, María Julia, quien cuando preguntó las razones por las cuales habían echado a su nieto y a su asistente de la mesa que ocuparon cuando estaba libre, le respondieron: "Acá no hay privilegios para nadie".
Resulta indignante saber que alguien siquiera puede pensar que un niño con discapacidad motriz ocupe una mesa de una bar sea considerado un "privilegio". Y que tal aseveración sea pronunciada con convicción, como hizo este sábado, por la tarde, el mozo del café Blanca a María Julia.
Semejante postura fue sostenida momentos después por el encargado de local gastronómico y de decoración, que abrió en 2020, y que se puso de moda en el barrio porteño de Las Cañitas, ubicado cerca del Hipódromo de Palermo y el Campo de polo.
"Cada momento que paso con mi nieto Vicente es único...Aunque no puede expresarse en palabras, lo hace con su carita y con sus manos....por eso, lo llevo a pasear y generalmente, terminamos el paseo en la vereda de un bar.....", dijo María Julia.
"Hoy (sábado 21) lo llevé al café Blanca....Llegamos, y le pedí a la enfermera de Vicente que ocupara una mesa de la vereda en la que no había nadie -continuó explicó-.. Fui hasta la caja a hacer el pedido y pagar ya que en el café Blanca se paga antes de que te envíen el pedido. Cuando regresé -contó- la mesa estaba ocupada por dos chicas y Vicente a metros de allí, con su asistente, porque los habían echado con la excusa de que 'la mesa estaba ocupada'".
Profundamente dolida e indignada, María Julia contó que fue a pedir explicaciones frente a la salvaje e irracional discriminación ejercida contra su nieto, un niño de 7 años en silla de ruedas.
"Acá no hay privilegios para nadie", respondió de modo poco cortés el mozo. Frente a esta tajante, insolente e inhumana respuesta, la abuela fue a hablar con el encargado. "Le devolvemos el dinero que pagó", respondió el individuo responsable de Café Blanca.
Vicente no puede expresar sus sentimientos con palabras. Lo hace con su cuerpo. Y frente a la violencia que sufrió por parte del mozo del café Blanca -que considera un privilegio dejar en paz a un niño en silla de ruedas-, Vicente llegó a su casa nervioso, molesto, y al borde de una convulsión.
María Julia es una mujer íntegra. Formada en valores. Sabe diferenciar entre privilegios y derechos. Por ello, llevará el caso de discriminación contra Vicente al INADI, tras desechar la vía judicial directa. Este lunes, el organismo dirigido por Victoria Donda, recibirá a María Julia y su denuncia.