Perseguir la fortuna por diversos medios es una constante en los seres humanos, que la obtienen si los dueños de las poderosas fuerzas se convencen que esa ayuda será para bien.
Existe un tema desde el inicio de los tiempos del Hombre, cuando comienza a tener conciencia del valor de las cosas y a advertir que a algunos les iba mejor que a otros, empezó a investigar y descubrió que existía algo que se llama Fortuna. Fortuna en el juego, Fortuna en la vida, en los negocios y en todo aquella que pueda ser influido por las fuerzas benéficas para que a todos nos vaya un poco (o mucho) mejor en las cosas de la vida.

Por eso hoy voy a revelarles vida, historia y milagros de Romor, el gnomo de la Fortuna que cuando se posa imperceptiblemente en nuestro hombro derecho, nuestros asuntos mejoran o directamente se dan vuelta siempre de la manera más positiva.

Nadie pudo saber nunca que edad tiene Romor, sólo se sabe que desde hace muchos siglos aparece de distinta manera en los relatos de distintas personas de diferentes países y épocas.

La leyenda de éste ser mágico y etéreo dice que Romor vive en lo más profundo de una antigua cantera de plata metal sagrado- de un país desconocido, rodeado por la poderosa energía plateada y brillante que utiliza para energizar a quien lo invoque para bien.

Existen varios procedimientos para invocar y atraer la fuerza de Romor que nos harán ganar en lo que emprendamos: en el juego, en los negocios y en la vida en general.

Para la vida. Si tenemos dificultades en casa, por ejemplo no podemos conseguir el crédito necesario para terminarla, comenzar un negocio o comprar nuestro primer auto. Entonces llamemos a Romor y su energía mediante este simple conjuro: durante tres noches consecutivas, sobre un pañuelo plateado o blanco intenso, hagamos un pequeño montoncito de hojas de laurel y salvia, que tienen un muy fuerte poder de limpieza de la mala suerte o suerte contrariada. Encendamos un sahumerio de mirra (riqueza) y repitamos sin parar durante un minuto el nombre de Romor. Previamente habremos escrito en un papel en lo posible plateado o muy blanco- nuestros deseos o necesidades, lo doblaremos en ocho y lo quemaremos, luego, esas cenizas junto a las del sahumerio, debemos arrojarlas al viento.

Si desea tener fortuna en el azar, el procedimiento para invocar la ayuda de este ser de luz que es Romor, haga lo siguiente: de algún mazo de cartas en desuso, tome cuatro barajas y dispóngalas sobre un pañuelo o paño blanco. Cada una de las cartas deberá apuntar hacia un punto cardinal distinto, teniendo en cuenta que una debe apuntar hacia el lugar por donde sale el Sol, es decir hacia el Este. Colocar un dado sobre cada una de las cartas. No es necesario que los dados sean del mismo juego. En el centro, encender un ramito de cuatro sahumerios compuesto por uno de mirra, uno de jazmín, uno de incienso y uno de lavanda, y una vez quemados guardar la cenizas. Este sortilegio vamos a repetirlo durante tres noches continuadas. Quemamos los cuatro naipes y sus cenizas las mezclamos con las de los sahumerios y las esparcimos arrojando pequeños puñaditos hacia los cuatro puntos cardinales, tal como estaban dispuestos los naipes antes de quemarlos, mientras repetimos el nombre de Romor y los números que son nuestros preferidos, por ejemplo: "¡Romor, 19; Romor, 41; Romor, 215!". Es recomendable no pedir más de tres números, recordemos que el que mucho abarca poco aprieta

Los seres etéreos sólo tienen justificación y viven en ámbitos donde sólo impera el bien. Nunca van a responder al pedido de aquellos que piden la intercesión de fuerzas superiores de mundos etéreos y mágicos para hacer el mal o perjudicar a otros, tal como aquellos que utilizan la llamada magia negra u oscura para quitar, dañar o hacer que otros sufran pérdidas de cualquier tipo.

La magia y el poder de los gnomos, duendes, hadas y elfos que habitan en lo profundo de un universo al que solo ellos tienen acceso y que sólo abandonan cuando deben cumplir las misiones que se originan en los pedidos positivos de gente que sólo acude a ellos en busca del bien. Los hombres siempre buscaron en el mundo las respuestas a sus incógnitas sin resolver. Y pedían a sus dioses y símbolos, la ayuda que necesitaban. Romor es uno de estos seres que está para ayudar.

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