Suerte
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Alemania tal vez sea el país europeo que menos juegos de azar ha dado al mundo, seguramente por su preferencia por juegos físicos de fuerza o destreza, los germanos no fueron ni son muy afectos al tapete.
El skat, que significa "lo apartado o escondido", es un juego originario de la ciudad alemana de Altenburg, cerca de Leipzig, donde surgió a principios del siglo XIX como una evolución de un juego más sencillo llamado Schafkopf , que significa "cabeza de carnero", al que se incorporaron elementos de los juegos del Tarock y de El Hombre. Luego se extendió por toda Alemania hasta convertirse en el juego nacional de ese país. Sus reglas fueron establecidas definitivamente cuando se fundó la Federación Alemana de Skat en 1899, aunque como ocurre en todos los juegos, las reglas se fueron perfeccionando. Sin embargo, a pesar de ser un juego reglamentado, existen y se juegan también numerosas variantes locales. El skat está considerado como uno de los mejores juegos para tres jugadores. Se juega con barajas alemanas de 32 naipes.
El objetivo del skat es comprometerse a cumplir cierto contrato en el juego contra los otros dos jugadores y cumplir el compromiso. Para iniciar el juego se dan las cartas boca arriba hasta que aparece un Bube o muchacho (puede ser Bube de tréboles, Bube de picas, Bube de corazones y Bube de diamantes). El jugador al que le ha correspondido será el primer dador, posteriormente el turno de dar irá pasando de jugador en jugador en el sentido de las agujas del reloj.
Ese jugador deberá dar diez cartas a cada jugador y dejar dos, el skat, en el centro de la mesa. Se reparten diez cartas a cada jugador. Las dos restantes se dejan boca abajo sobre la mesa y constituyen el skat que da nombre al juego. El declarante puede tomar estas dos cartas y unirlas a las que tiene en su mano, descartando dos a continuación para equilibrar el número de cartas de su mano, o puede dejarlas en la mesa. En cualquier caso, estas dos cartas del skat o las del descarte después de haberlo tomado son parte de las cartas ganadas por el declarante junto con las de sus bazas y cuentan para el cálculo de los puntos conseguidos.
Hay varias formas de dar las cartas de una en una y las dos últimas o bien dos cualesquiera para el skat, primero tres a cada jugador, luego las dos del skat y finalmente las otras siete en grupos de tres, tres y una carta a cada jugador. Algunos jugadores llaman ciego o viudo al skat en esta fase del juego, que sólo será propiamente el skat después de la subasta. El jugador de la izquierda del dador es el líder o primera mano, el de la izquierda de éste es el mano del medio y el siguiente el última mano. En el caso de que los jugadores sean tres el dador es el última mano.
A la vista de sus cartas, los jugadores estudian las posibilidades de convertirse en los declarantes. Un jugador se convierte en el declarante, y por lo tanto se compromete a cumplir un contrato, por medio de la subasta. Estas se realizan por medio de pujas que siguen los valores según el coeficiente y el multiplicador. El coeficiente depende del triunfo escogido, y puede ser: gran juego, coeficiente 20; tréboles, 12; picas, 11; corazones, 10 y diamantes, 9. En cambio, el multiplicador depende de los Bube presentes en el juego del jugador.
Tras la décima baza, el declarante cuenta los puntos ganados. Si ha hecho 61 o más, o 90 o más, gana el juego y se anota los tantos de su puja; si no ha conseguido ganar esos puntos, pierde el juego y pierde los puntos de su puja.
Hay varias formas de dar las cartas de una en una y las dos últimas o bien dos cualesquiera para el skat, primero tres a cada jugador, luego las dos del skat y finalmente las otras siete en grupos de tres, tres y una carta a cada jugador. Algunos jugadores llaman ciego o viudo al skat en esta fase del juego, que sólo será propiamente el skat después de la subasta. El jugador de la izquierda del dador es el líder o primera mano, el de la izquierda de éste es el mano del medio y el siguiente el última mano. En el caso de que los jugadores sean tres el dador es el última mano.
Tras la décima baza, el declarante cuenta los puntos ganados. Si ha hecho 61 o más, o 90 o más, gana el juego y se anota los tantos de su puja; si no ha conseguido ganar esos puntos, pierde el juego y pierde los puntos de su puja.