"Mi mamá fue víctima de violencia, así que me re enganché con la historia, pero nos costó volcarla en el comic", compartió Nahir Ledesma, que en el personaje de Julia retrató una historia de golpes y maltratos. Lo hizo junto a su compañera de sexto año de la escuela 22 de Esteban Echeverría, Silvana Fernández, donde contaron que "primero estaba todo bien en la pareja, pero después el marido le controlaba la ropa que usaba, las amistades; la separó de la familia, comenzó a golpearla".
Pero Julia "se contactó con la gente de La Casa del Encuentro -Ong que asiste a víctimas de violencias- y pudo salir de esa situación", reseñó Nahir, quien quiere ser policía "para ayudar a mujeres que pasan por esta situación".
ExtranjerosLa realidad de una mujer en situación de prostitución fue volcada en 30 viñetas por Euquiris y Reynaldo Alberto, dos hermanos que hace algunos años llegaron con su madre de República Dominicana para instalarse en la Argentina.
"Quisimos concientizar sobre los que les pasa a muchas mujeres que son mamás solas, pobres", relató Euquiris, que eligió un final de historia donde la protagonista se enamora de un hombre con quien construye un nuevo proyecto de vida... en Dominicana.
Karen Figueroa, Natalia Báez y Eliana Zabala eligieron hablar sobre el bullying a través de Lucía, protagonista que es discriminada por sus compañeros "quienes la consideran gorda, por eso creemos que tiene que haber mas diálogo en la escuela y mas campañas de concientización", dijeron.
ViolacionesLa violación fue otro de los temas elegidos. Denise Villalba, de la escuela secundaria Nº 25 de la localidad de Canning, lo hizo a través de una historia basada en un hecho real ocurrido en el año 2002 en su partido, Esteban Echeverría.
Misma temática fue desarrollada por Diego Dendrak, que retrató un caso difundido por los medios de comunicación de una niña de 11 años violada y embarazada por su padrastro. La historia de Luca, un chico que juntaba cartones para poder sobrevivir y atraviesa obstáculos hasta que al final, con la ayuda de una organización de su barrio, la Villa 31, logra ingresar a la universidad, fue desarrollada por Lourdes Zamora.
"Existe una discriminación hacia los pobres, los que menos tienen son estigmatizados", reflexionó la joven que contextualizó la historieta en el marco del reclamo de la Corriente Villera, que instaló una carpa en el Obelisco el mes pasado. Su protagonista participa de un comedor que lleva el nombre del Padre Mugica. Desde las escuelas estatales "solicitan la colaboración para financiar la publicación del libro de cómic que permitirá difundir un mensaje concientizador en bibliotecas escolares y en librerías", resaltó la profesora Marchant.