La última vez que Ivo Karlovic jugó una Copa Davis fue en Buenos Aires. Era el año 2012 y Croacia visitaba el Parque Roca. El altísimo sacador enfrentó a Juan Martín del Potro, la esperanza argentina en la serie final de noviembre. La victoria del tandilense fue apabullante: 6-2, 7-6 (9-7) y 6-1. Después, se peleó con la federación y no volvió más. Zeljko Krajan, el capitán del equipo croata, lo llamó para que vuelva. Estará en Zagreb, la sede elegida para disputar la final, del 27 al 29 de noviembre.
Karlovic será una de las cartas fuertes de Croacia en la final de la Copa Davis ante Argentina. A los 37 años y con 2.11 metros de altura, el actual 20 del mundo recompuso su vínculo con la Federación para ayudar al equipo. Krajan lo buscó, lo tanteó y lo convenció: su saque insoportable como el tránsito en hora pico será una de las grandes dificultades -la otra se llama Marin Cilic- que deban sortear las raquetas nacionales para ganar la serie.
La lesión de Borna Coric, el segundo singlista del equipo, fue otro de los motivos por los que Karlovic atendió el llamado del heroísmo. En 2005, cuando Croacia ganó su primera y única Davis, Karlovic integró el equipo pero no jugó: ahí mandaban Iván Ljubicic y Mario Ancic, dos tenistas de nivel. Sin embargo, ahora, en el ocaso de su carrera, le llega la gran chance de lucirse en un escenario de alto voltaje.
Una de las claves para que Karlovic complique será la superficie. En Zagreb, la ciudad seleccionada, pondrán un piso rápido, insostenible, para potenciar el servicio del gigante. Juan Martín del Potro no se incomoda en ese tipo de suelos, pero tampoco es su hábitat natural. Guido Pella, forjado en el cemento, se perfila como el segundo singlista. Habrá, en principio, un objetivo claro: doblegar la tormenta de saques de Karlovic.