La pavimentación de la Cuesta de Miranda y la puesta en valor del Cablecarril más largo y alto del mundo como identidad de Chilecito marcaron un antes y un después para el turismo en esta ciudad, la segunda en importancia de La Rioja, con un clima distinto al resto de la provincia y una ubicación estratégica para las conexiones terrestres. Sobre la Ruta 40, la Cuesta de Miranda, con sus 400 curvas en 12 kilómetros en los que sube 1.500 metros era un atractivo turístico, pero no permitía el paso de ómnibus ni camiones de gran porte, hasta que en 2015 fue pavimentada y renovada, dando a Chilecito una ágil conexión con el resto de la provincia.
El Cablecarril, una obra única en el mundo y declarada Monumento Histórico Nacional, se extiende 35 kilómetros hasta la mina La Mejicana, a unos 5.000 metros sobre el nivel del mar; estaba en desuso y fue puesto en valor,con sus estaciones más bajas convertidas en refugio de montaña y museo.
“La propuesta fuerte nuestra es el turismo aventura con senderismo en el Cablecarril todo el año, pero vamos a declarar la temporada de montaña, con sus refugios, de noviembre a marzo” sostuvo el secretario de Turismo y Cultura de Chilecito, Mario Andrada. De las nueve estaciones del Cablecarril, dos están en la ciudad y las demás en la montaña; de la 1 a la 6 se pueden hacer caminando; las otras también, pero ya hay un grado técnico un poco más exigente.
“La estación 4 es una de las más lindas, porque está en el medio de la nada pero a su vez, como sí o sí hay que ir caminando, no ha sido depredada ni alterada; entonces hacemos un refugio de montaña sin tocar ni alterar la originalidad de ese bien”, añadió Andrada.
Chilecito está a 1.000 metros sobre el nivel del mar, la estación 2 a 2.500, la 3 a 2.890 y la 4 a casi 3.100 msnm., donde no hay gran dificultad, por lo que la idea es que la gente camine, duerma y desde allí pueda ir por los senderos y el bosque hasta un túnel de la época de la explotación minera, que tuvo lugar en la primera mitad del siglo pasado.
El titular de Turismo y Cultura indicó que “cuando hablamos de Ruta 40 hablamos de la Cuesta de Miranda, que era un producto que teníamos que hacer saber que estaba pavimentado y que era importante para que vengan los turistas”.
“Entonces -añadió- al generar nosotros esa identidad, de ahí trabajamos con el Cablecarril, que para nosotros va a ser el producto turístico de Chilecito: es único, es Monumento Histórico Nacional, funciona su museo y además tiene todo el acercamiento hacia la montaña”.
En esta zona se generó una región a la que se denomina Senderos del Famatina, que identifica a Santa Florentina, Guanchín y Cuesta de Miranda con tres productos distintos.
En Santa Florentina, se camina en torno al Cablecarril; en Guanchín, es un sendero netamente natural donde hay vertientes, flora y fauna local que está virgen al 100% y en la Cuesta de Miranda se llega al Camino del Inca, que en realidad es un camino de nativos de la zona que después usaron los incas y por eso le quedó ese nombre, pero no es parte del Qhapaq Ñam.
“Cuando se va hacia la montaña se encuentran pueblos que estaban en el medio de la nada, sin tener mucha expectativa de vida, porque se dedicaban a la poca producción de la zona; hoy esto cambió”, dijo Andrada.