Los primeros dientes empiezan a salir entre los cinco y nueve meses, y generalmente manifiestan distintos síntomas que producen mucha molestia. Cuando el pequeño atraviesa esta etapa, sus encías se inflaman y aumenta su sensibilidad, causándole malestar y dolor. Además, puede tener algunas líneas de fiebre, pérdida del apetito y babear más de lo habitual.
La Dra. Lucía Benites (MN 31.796) da algunos consejos para calmar el dolor:
• Suaves masajes: con mucho cuidado y delicadeza, realizar masajes a las encías del bebé en forma circular con un dedo. Se puede hacer varias veces al día y el alivio será inmediato.
• Mordillos: son especialmente recomendables aquellos que contienen líquido en su interior, para poder enfriarlos y que actúen como analgésicos. El uso de estos accesorios, a su vez, evitará que el bebé se lleve a la boca otros elementos que puedan hacerle daño.
• Paños fríos: una buena opción es enfriar paños mojados para luego frotarlos suavemente en las encías o simplemente dejar que el bebé lo muerda.
• Puré casero de frutas bien frío: puede resultar muy útil también pisar fruta fresca y refrigerarla en la heladera antes de dársela al bebé ya que produce un efecto analgésico y totalmente desinflamatorio.