Vetiver (Chrysopogon zizanioides, anteriormente clasificada como Vetiveria zizanioides) es una planta perenne de la familia de las gramíneas, nativa de la India. El nombre de Vetiver es originario del idioma tamil (se habla en extremo oriente, especialmente en lo que fue Ceylan, hoy Sri Lanka). Se encuentran registros en la literatura tamil de usos del Vetiver con propósitos medicinales.
El vetiver puede crecer hasta 1,5 metros, sus tallos son altos, las hojas son largas, delgadas y rígidas. A diferencia de la mayoría de las gramíneas, las raíces del vetiver crecen masivamente de manera vertical y alcanzan una profundidad de hasta 4 metros. Sus semillas no son fértiles, por lo cual es una planta ecológicamente segura. Está siendo ampliamente usada en bioingeniería para control de erosión; fitorremediación de aguas y suelos contaminados por metales pesados, hidrocarburos, agroquímicos, y otros polulantes.
Controla la erosiónMuchos aspectos del vetiver lo convierten en un excelente recurso para controlar la erosión. A diferencia de muchas gramíneas, las raíces del vetiver crecen exclusivamente de manera vertical, alcanzando hasta los 4 metros de longitud. Poseen una alta resistencia a la tensión (equivalente a 1/6 del acero blando,) esto lo convierte en un excelente estabilizador de bordes y terrazas. Cuando se siembra para formar barreras vivas, la cercanía con que crecen las macollas restringe el paso de agua, a la vez que retiene los sedimentos presentes. Y por el cloruro carbono que tienen sus raíces sostiene el talud o barranco.
Su aceite esencial contiene un 60% de vitevenoles y un 12 % de vitevenonas, ambos derivados que hacen a la esencia de su uso en perfumería.
La planta de vetiver es una gramínea perenne, parecida a la hierba lisa, de tupidos penachos (juncos, por ej.), con inflorescencia y semilla estériles que se reproducen con dificultad. Como no tiene rizoma radicular o haces enraizados, la planta crece en grandes almácigos a partir de una masa radicular (raíz) muy ramificada y esponjosa.
Sus tallos erguidos en forma recta alcanzan una altura de 0.5 a 1.5 m. La hojas son relativamente rígidas, largas y angostas y tienen hasta 75 cm. de largo y no más de 8 mm. de ancho. La panícula (en donde se desarrolla la florescencia) tiene entre 15 a 40 cm. (30)
La planta puede soportar sequías extremas debido a su alto contenido de sales de la savia de sus hojas, así como inundaciones por largos periodos (se ha informado de que plantaciones de vetiver resistieron hasta 45 días de inundación en el terreno). Crece en un rango amplio de suelos y con diferentes niveles de fertilidad y puede resistir hasta temperaturas de 9º C, desde el nivel del mar hasta los 2.500 metros sobre el nivel del mar (msnm). Se han plantado en algunos sitios del Perú hasta los 3.500 msnm pero todavía están en fase de evaluación.
El proceso de propagación es una etapa muy importante para el buen establecimiento de la planta. La mejor forma es por medio de esquejes (gajos) que aseguran una planta con las mismas características genéticas.