En junio la dirigencia pudo haber hecho uso de la famosa cláusula, pero ahora el DT tiene para reclamar casi 3 millones de dólares. Tercera vez que Bianchi es “eyectado” de un equipo. ¿Final de su carrera como entrenador?

La decisión que tomó la Comisión Directiva de Boca le costará caro a las arcas de la institución. Es que el 30 de junio pudieron haber hecho de una cláusula contractual para rescindir el contrato sin derecho a reclamo económico por parte de Carlos Bianchi, pero ahora el Virrey tiene para exigir el cobro de cerca de 3.000.000 de dólares, que es lo que le resta percibir hasta que se cumplan los tres años de contrato que firmó con Boca cuando lo fueron a buscar a comienzos de 2013.

La famosa cláusula indicaba que si a los 18 meses de trabajo no se conseguían títulos, el club podía rescindirle el contrato a Bianchi sin poner un peso de indemnización. Pero ahora hay que pagarle el resto del vínculo, que se extiende hasta diciembre del año que viene.

Lo llamativo fue la poca muñeca de la dirigencia, que podría haberle rescindido gratis en junio. La confianza fue a medias, ya que después de cinco partidos en la temporada (uno por Copa Argentina y cuatro por el certamen local), lo despidieron. Y ahora habrá que pagarle unos 2.800.000 dólares según se supo. Encima se gastaron 10 millones de dólares en refuerzos que pidió Bianchi, por lo que quien lo suceda se encontrará con un plantel que no armó. Todo mal.


Le pasó pocas veces

Es la tercera vez que a Carlos Bianchi lo echan de un club, pero la primera que ocurre en la Argentina. En 1997, luego de irse de Vélez, fue despedido por la Roma de Italia tras 26. Volvió a la Argentina para iniciar en 1998 el ciclo más exitoso de la historia de Boca, pero en 2006 fue por otra aventura europea en el Atlético de Madrid, donde lo despidieron luego de 26 partidos. En 2001, en tanto, todos recuerdan el desplante que le hizo a Mauricio Macri, entonces presidente xeneize.

El ahora Jefe de Gobierno porteño le pedía por favor que se quede, pero el técnico no quiso renovar su contrato. Siempre le fue bien en la Argentina, hasta esta etapa. Ahora, luego de este golpe duro a su trayectoria, muchos piensan que no volverán a ver al entrenador dando indicaciones desde el banco de relevos. A sus 65 años, es difícil imaginarlo otra vez dirigiendo. Aunque quizás, por orgullo intente ir por una revancha...