Sin embargo, la memoria de Grondona está en juego porque justamente la última sesión que presidió le puso la firma al partido desempate entre Boca y Vélez. Los guardianes de Don Julio no pueden permitir que los buenos argumentos de Gámez tuerzan el último de los boletines que salió con el apellido sagrado. Por eso la última sesión fue tan acalorada: fueron tantos los gritos que algunos se miraron con miedo porque nunca habían estado en un ámbito tan hostil.
-Bueno, está bien. Que Boca renuncie a la posibilidad de repechaje y jugamos mano a mano por entrar a la Libertadores ¿Se animan? Vamos carajo, que lo ponemos en el boletín ya mismo.
-¡¿Qué te pensás, que yo soy Macri?! Yo soy Boca y si jugamos el desempate y lo perdemos tenemos el repechaje, yo no renuncio a nada. Jugá el partido o renuncien ustedes al desempate y olvidate de la Copa. El partido se juega.
La propuesta de Gámez y la respuesta de Crespi hizo persignar a algunos presidentes que no sabían lo que sucedía. Segura, entonces, pidió una tregua. Volvió a explicar que el partido era ineludible y Gámez comenzó de nuevo a esgrimir sus argumentos por décimo quinta vez. Por eso, el titular de AFA dispuso un cuarto intermedio. Que el tema se resuelva el jueves, un rato antes de la Asamblea para reformar el estatuto.
La atmósfera se distendió. La reunión terminó en paz y mientras Gámez hablaba para las cámaras a la salida de Viamonte, Crespi se escurría detrás del enjambre de periodistas y se detuvo a unos 20 o 30 metros, insólitamente en la parada del 109. ¿Cuándo habrá sido la última vez que se tomó un colectivo? ¿Sabrá que no se cortan más boletos? Tranquilos proletarios que ningún sindicalista -además de vice de Boca, el hombre es Secretario adjunto de los Petroleros-, ha vuelto al llano: simplemente esperaba que su hijo lo levantara con el auto.
Lo que siguió fue antológico. Gámez caminaba con dos o tres perioristas y lo vio en la parada mirando la vereda de enfrente. Le hizo una seña a sus laderos y se puso detrás del dirigente de Boca y levantó la voz: "No insistan con lo mismo, el partido no se juega, ya está cerrado. Si Boca quiere jugar la Libertadores que juegue el repechaje, Vélez ya está adentro", dijo.
Y Crespi se dio vuelta enceguecido:
"¡Es al revés. Boaahh, sos vos ¡Qué gil, eh!". Y, cuando ensayando una respuesta más serena, Gámez apuró el paso para decir, cuando ya lo tenía a sus espaldas: "El jueves la seguimos". Crespi se apoyó en la parada y reflexionó ante los periodistas:
"Este quilombo es de ustedes, que empezaron a decir que ellos se habían clasificado por diferencia de gol... acá siempre supimos que había que desempatar".